En Barcelona resuenan las cocinas cuando el Mobile World Congress echa la persiana. Restaurantes hasta la bandera, sin una sola mesa libre y con las reservas hechas desde hace días. Maurizio Oggioni, encargado del Roca Bar, cuanta que tienen aue "montar la misma mesa más de una vez".

Hiperactividad en las cocinas y los chefs que no dan abasto, centrados en contentar a clientes que no escatiman.

Enganchados a la tecnología y también adictos a la gastronomía. Los congresistas gastan el triple que un cliente habitual, porque lo quieren probar todo y eso desata el consumo. Los mismos congresistas reconocen que están gastando mucho dinero estos días.

Los hoteles, por su parte, están hasta los topes y con precios que se han disparado. Lo mismo pasa en los bares de copas.

¿Quién dijo crisis?, la feria de los móviles deja en Barcelona 436 millones de euros, ya que cada asistente ha desembolsado de media casi 5000 euros.