La angustia psicológica se midió utilizando la escala de distensión psicológica de Kessler, un cuestionario de 10 ítems que mide la ansiedad general y la depresión.

De este modo, vieron que las personas que comían 3-4 raciones diarias de verduras tenían un 12% menos riesgo de estrés que los que solo comían una, mientras que el consumo de entre 5 y 7 raciones diarias de fruta y verdura reducía el riesgo un 14 por ciento en comparación con quienes comían hasta cuatro al día.

Asimismo, en el caso concreto de las mujeres vieron que quienes comían 3-4 porciones diarias de verduras tenían un 18% menos riesgo de estrés que las mujeres que comían una al día, y si comían dos raciones de fruta por día su riesgo de estrés bajaba un 16 por ciento en comparación con quienes sólo comen una o ninguna.

Y si comían hasta 5-7 comidas diarias con frutas y verduras tenían un 23% menos riesgo de estrés que las mujeres que, como mucho, sólo comían una.

Al inicio del estudio las características asociadas con un mayor estrés era ser mujer, ser más joven, tener un menor nivel educativo o de ingresos, tener sobrepeso u obesidad, ser fumador o presentar inactividad física.