'O corno' es la película dirigida por Jaione Camborda que recientemente ganó la Concha de Oro a la mejor película en el Festival de Cine de San Sebastián de 2023. El corno es un hongo con una historia ligada a la química, a la farmacología, al comercio y a la cultura popular, cuyos protagonistas son la droga LSD, la enfermedad del "mal del pan", los abortos clandestinos, la guerra comercial con Rusia, las cantigas medievales y culmina en la actualidad con una película de la que aquí no se destripa nada, pero con la que todo tiene que ver.

El corno es el nombre coloquial que en la comarca do Salnés (Galicia) recibe el hongo Claviceps purpurea. En el resto del mundo se conoce como cornezuelo, ergot, cornecho o dentón. Es un hongo parasitario que crece en las espigas del centeno, y con menos frecuencia en otros cereales como el trigo, la avena o la cebada. Su aspecto es el de un pequeño cuerno de color negro que sobresale entre los granos del cereal. Cuando está en esa fase fructífera libera esporas que caen en la tierra, donde permanecen en estado de letargo hasta que las condiciones de humedad son las propicias para crecer.

El problema del corno es que, si no se retira previamente del cereal, puede acabar contaminando las harinas y provocando intoxicaciones alimentarias.La enfermedad que produce la ingesta de corno es el ergotismo, también conocida como "mal del pan". Se caracteriza por una sensación de frío intenso en la extremidades que culmina con una fuerte sensación de quemazón, de ahí que popularmente también se llamase "fuego del infierno" o "fuego de San Antón" –se cree que este nombre se lo pusieron los peregrinos del Camino de Santiago que acudían al convento de San Antón en busca de remedio–. La sensación de fuego interno va acompañada de alucinaciones y convulsiones. En casos extremos las arterias se contraen hasta producir la necrosis de los tejidos y la aparición de gangrena, llegando a requerir amputaciones o acabando con la vida del afectado.

El corno contiene compuestos alcaloides, que son un grupo de sustancias que se utilizan como principios activos en multitud de medicamentos y drogas, como la cocaína de la planta de coca, la morfina del opio, la colchicina, la cafeína del café o la nicotina del tabaco. El corno contiene alcaloides del grupo ergolina (argotamina o ergotina, ergocristina, ergometrina, etc.). Las ergolinas tienen un amplio espectro de acción en el organismo, afectando a la circulación sanguínea y a los neurotransmisores del cerebro, de ahí que en el pasado se utilizase para detener las hemorragias uterinas tras el parto, inducir abortos o sintetizar drogas como el LSD, que es un derivado de la ergotina. En la actualidad los derivados de la ergolina se usan para la vasoconstricción sobre todo en el tratamiento de la migraña.

Las propiedades farmacológicas de la ergotina extraída del corno fueron estudiadas por primera vez en el siglo XIX por el farmacéutico francés Joseph Bonjean. A partir de ese momento las grageas de ergotina se empezaron a comercializar en las farmacias como facilitadores del parto y para cortar hemorragias. El corno dejó de ser un estorbo para los campesinos y se convirtió en un objeto de comercio. Galicia era una de las zonas con mayor cosecha de centeno, y sus condiciones climáticas favorecían el crecimiento del hongo, así que a principios del siglo XX se comenzó a enviar corno desde Vigo a los mercados de Londres, Hamburgo y Nueva York. El negocio era tan lucrativo que toda la familia se dedicaba a recoger a mano el corno antes de la siega.

El principal competidor era Rusia, que también producía y exportaba corno, por lo que el precio del corno gallego variaba bajo el influjo de su oferta. La guerra entre Rusia y Japón iniciada en 1904, y la siguiente guerra civil rusa tras la revolución de 1917, convirtió a Galicia en el principal proveedor de corno del mundo. El kilogramo de corno alcanzó el precio de 35 pesetas, un valor muy alto comparado con el precio del centeno que en 1920 estaba a 50 céntimos/Kg. El negocio comenzó a decaer en 1936, interrumpido por la Guerra Civil Española. Y volvió a recuperarse en 1950 con el inicio de la Guerra de Corea, ya que la URSS dejó de exportarlo para garantizar su propio suministro. Los tiempos de bonanza del mercado del corno habían vuelto, recordando a la fiebre del wolframio que Galicia había vivido durante la II Guerra Mundial, un metal imprescindible para blindar tanques y barcos. Así el corno pasó a llamarse "wolframio vegetal".

Poco antes de la guerra en Galicia se comenzaron a crear empresas del sector químico vinculadas a la síntesis de alcaloides derivados del corno. En abril de 1936 se constituyó el Instituto Bioquímico Miguel Servet de Vigo, que fue el germen del grupo Zeltia, una de las empresas químico-farmacéuticas más importantes del mundo.

El químico Albert Hofman, que trabajaba en los laboratorios farmacéuticos Sandoz, descubrió en 1936 que a partir de los alcaloides del corno se podía sintetizar ácido lisérgico, una droga conocida como LSD. Sandoz comenzó a comercializarlo en 1947 como medicamento de uso psiquiátrico bajo la marca Delysid. Sin embargo, en los años 60 algunos grupos contraculturales empezaron a usar el LSD como droga psicodélica, una sustancia que produce alucinaciones peligrosas e induce trastornos permanentes en la percepción, lo que precipitó la prohibición de esta sustancia en todas sus formas.

El corno estuvo ligado a la historia comercial, química y farmacéutica de Galicia, y también quedó registro de este hongo en las 'Cantigas de escarnio y maldecir', unas composiciones medievales de poesía destinada al canto en las que se hace uso de la retranca y de los dobles sentidos para insultar con cierta gracia. Ejemplo de ello es la cantiga 'El fuego de San Marcial' del siglo XIII del rey Alfonso X protagonizada por un sacerdote capaz de curar a las mujeres enfermas de corno practicando sexo con ellas. El fuego adquiere un doble sentido; se puede entender como el fuego interior que provoca el ergotismo o como la fogosidad sexual de la mujer.

En el cartel de 'O corno' la actriz Janet Novás asoma como un corno entre el campo de cereal. La película comienza en la Illa de Arousa en 1971, cuando los compuestos sintéticos habían sustituido al corno y apenas se comerciaba con él. Sin embargo, los usos tradicionales de este hongo forman parte de las historias populares, sobre todo en Galicia y sobre todo en esa época. El hongo tiene un papel crucial a lo largo de toda la película, convirtiéndose en un símbolo también con doble sentido: de sororidad y de muerte.