Pablo Iglesias tiene derecho a crear su propio medio. Su medio de partido. En la izquierda, la historia de los panfletos es la misma historia de la izquierda. Algunos de ellos han sido medios de doctrina con una enorme calidad para el debate. El caso de Mundo Obrero es paradigma para la izquierda como un medio de calidad que servía para la comunicación del Partido Comunista y que es fuente ineludible para todos aquellos que quieren estudiar la historia del PCE. No es el único, El Socialista es otro ejemplo de órgano de partido que ha servido para canalizar los debates teóricos del PSOE. Pero nunca serán un medio periodístico, porque no todo lo escrito es un periódico, ni todo lo narrado una crónica. A Pablo Iglesias siempre le han gustado los panfletos y los ha elogiado como medio de transporte ideológico, es en ese marco donde hay que valorar su interés en crear un canal de comunicación que no tenga que depender de intereses ajenos.

Canal Red será un medio de partido, y puede ser un gran medio de partido o un simple canal de agitprop, es ahí donde habrá que valorarlo. Si tiene capacidad para aportar algo más que ruido y señalamiento al disidente puede ser interesante y será positivo, si por el contrario no es más que un canal para disciplinar la divergencia dentro del espacio político y como elemento reafirmante de la doctrina de la cúpula de Podemos será una rémora para las posibilidades de la izquierda en las próximas elecciones. Nace con varios hándicaps, la independencia es uno de ellos, la falta de independencia, para ser precisos, la importante participación de Jaume Roures en el proyecto lo convierte en un canal más de un empresario. Los medios de partido, para ser efectivos a sus intereses tienen que estar controlados por los órganos del partido, y no es posible cuando el mayor accionista o financiero es un multimillonario con sus propios intereses, que a veces pueden ser coincidentes con los intereses del partido, pero en otras ocasiones presentarse como antagónicos.

Pablo Iglesias y un servidor hemos hablado de forma pública y privada sobre los medios de comunicación, él nunca ha creído en los medios independientes, siempre ha pensado que tienen que estar sujetos a una jerarquización ideológica de partido y por eso cuando aún no tenía sus propios canales de comunicación mediatizados utilizó a los medios mainstream arrinconando a los que siendo del mismo espacio ideológico no estaban controlados por su doctrina. En un debate en el Teatro del Barrio con Magda Bandera, directora de La Marea, explicaba de forma sucinta como para él los medios importaban no por su labor, desempeño profesional o propiedad empresarial, sino por qué capacidad tenían para darles visibilidad. Cuanto más grandes, mejor para su cometido: “Es cierto que a veces hemos desatendido a medios alternativos… Si te hostian igual que Telecinco pues al menos la entrevista en Telecinco la ven millones de personas. Que teníamos la sensación de que los medios alternativos se desentendían de los procesos sociales”.

No hay grandes medios independientes. LaSexta, propiedad de Atresmedia, desde donde escribo estas líneas, tiene intereses comerciales y empresariales y la propiedad tendrá unas líneas rojas que al ser traspasadas operará para que no vuelvan a sobrepasarse en defensa de sus intereses. No tienen que ser políticos, basta con que sean empresariales, de beneficio y números, pero también pueden ser políticos. No se puede ser inocente y no reconocerlo. La mayoría de las veces el periodista no conocerá ni cuáles son esos límites y solo será consciente de haberse metido en terrenos pantanosos a posteriori, al ver las consecuencias. El mundial de Qatar ha sido una buena muestra de dónde están esos límites o cuáles son los márgenes donde moverse. En los medios de Prisa han criticado la hipocresía del mundial sin advertir que uno de sus propietarios es de ese país, o Pablo Iglesias en La Base realizó un programa sobre la hipocresía del mundial sin informar que el dueño del programa era el propietario de los derechos audiovisuales. Entender que todos tienen límites a la hora de informar sobre la propiedad del medio en el que se trabaja tiene que ayudar a los lectores a saber que la existencia de múltiples medios le ayudarán a que unos informen sobre la propiedad del adversario para que ellos tengan una visión completa de la realidad. Busquen en El Mundo las críticas a El País y en El País las críticas a El Mundo. Así tendrán la información sobre ambos. Es de primero de alfabetización mediática.

Los medios de comunicación tienen intereses. Todos tienen propiedad y servidumbres y una línea editorial determinada. En esa jungla llena de peligros, trampas y fiebres operan los periodistas intentando sobrevivir en un contexto tóxico. No hay que perder de vista que Pablo Iglesias quiere crear su propio medio solo porque no tiene ninguno que defienda sus intereses políticos. Algo que sí tienen otros políticos y partidos bien por afinidad ideológico o por el hecho de que controlan grandes recursos económicos para poder financiar a esos medios de comunicación. La publicidad institucional y la propiedad pública de los medios hacen que haya políticos que no quieran crear su propio medio porque ya los tienen secuestrados, atados o serviles a sus intereses. Isabel Díaz Ayuso tiene Telemadrid en propiedad, a veces también El Mundo, Okdiario y Libertad Digital gracias a las ingentes cantidades de dinero público derivado de los recursos públicos. Por eso no necesaria un TeleIDArio, porque ya lo tiene.

La hipocresía no puede ejercerse cuando se quiere denunciar la ajena. Pablo Iglesias será un político con su propio medio, sin disimular ni intentar ocultarlo como medio objetivo o independiente, pero tampoco podemos obviar que existen otros medios que operan en las mismas dinámicas. Lo relevante es diferenciar entre medios de propaganda con medios periodísticos. Pablo Iglesias tiene todo el derecho a controlar la comunicación de su partido como crea conveniente, hay quien ha considerado que la mejor manera para difundir la doctrina de partido era usar las redes sociales, tener un equipo de prensa que se lleve bien con los periodistas o regar de dinero público a dichos medios para tener un trato favorable y que sus argumentarios fueran tratado como información periodística. Todos son diversas formas de hacer lo mismo, de controlar la información lo máximo posible para que se cuente lo que viene mejor a sus intereses políticos. Canal Red será una magnífica manera de que los periodistas conozcamos las posiciones políticas de Podemos y ayudará a que todos aquellos que tengan pensamiento crítico estén mejor informados, por eso es una buena noticia su aparición.