Todavía no se conoce cuánto dura la protección que aporta haber padecido la infección por el virus que causa la Covid-19, por lo que el hecho de que una persona haya pasado la infección, no sería motivo para que no se vacune, según señalan los expertos.

Los inmunólogos proponen avaluar a todo el que ha pasado la infección para saber si ha desarrollado esas armas que se buscan generar con la vacuna. Los anticuerpos por sí solos no demuestran inmunidad y deberíamos poder estudiar también las células o linfocitos T.

Entonces, ¿por qué hay personas que desarrollan anticuerpos y otras que no, tras superar la Covid-19? Esto podría ser porque hay individuos que pasan la infección de forma muy breve, debido a que tienen una respuesta inmunitaria natural que elimina el virus sin necesidad de recurrir a los linfocitos T y B, la respuesta específica, mientras que hay otras personas que montan una respuesta con memoria inmunológica más potente.

En caso de reinfección, los anticuerpos y la generación de células T frente al coronavirus garantizan una respuesta mucho más efectiva y rápida en un segundo contacto con el coronavirus. Al estar inmunizados, nos protegemos frente a la infección. Este es el motivo por el que las reinfecciones suelen ser anecdóticas después de más de 60 millones de infectados en el mundo.

El efecto protector de la vacuna en la persona que se la ha puesto necesita un tiempo, en concreto, dos semanas desde la segunda dosis, por lo que las personas vacunadas deben seguir con las precauciones como la distancia social, mascarilla, higiene de manos y ventilación de espacios cerrados para prevenir contagios.