El Instituto de Investigación Sanitaria Incliva, del Hospital Clínico de Valencia, forma parte del proyecto europeo ‘Rebecca’, que busca investigar las enfermedades crónicas desarrolladas en personas que han sufrido cáncer de mama debido a diversas fuentes.

La iniciativa está financiada por el programa de investigación e innovación de la Unión Europea Horizonte 2020, y pretende utilizar los datos obtenidos a nivel mundial para apoyar la investigación clínica y mejorar el ritmo de los trabajos clínicos actuales.

Así, Rebecca (acrónimo de REsearch on BrEast Cancer induced chronic conditions supported by Casual Analysis of multi-source-data), combinará datos clínicos con datos de pacientes reales, donde se incluye la actividad física, la alimentación, el descanso o información sobre su actividad online.

Todos estos datos se podrán obtener por medio de los dispositivos móviles y portátiles. Además, se van a crear indicadores funcionales y emocionales personalizados para cada individuo y se observará su capacidad para categorizar el estado y la calidad de vida del paciente.

El proyecto pretende que estos indicadores se utilicen para optimizar el servicio de atención al paciente y para obtener resultados complementarios al proceso de investigación clínica.

Por ello, Rebecca cuenta con una plataforma 360º que combina distintas aplicaciones móviles no intrusivas y no estigmatizantes. Así, las personas que hayan superado el cáncer de mama contarán con ella para mejorar su interacción con los sanitarios y para recibir más ayuda en su día a día.

Además, la plataforma recogerá información del estado emocional y funcional de cada individuo necesaria para las campañas de investigación científica en las que participen; los datos serán preservados y protegidos.

Rebecca estará presente en siete estudios clínicos con un total de 650 personas en los países de España, Noruega y Suecia y su ayuda contribuirá a crear futuros caminos y prácticas para el tratamiento poscáncer. Las mejores prácticas resultantes se difundirán entre los investigadores, la salud pública y los organismos reguladores europeos.

Por su parte, todos los datos que se obtengan serán procesados a través de modelos innovadores de análisis causal, centrados en todas las posibilidades de enfermedades crónicas que pueden desarrollarse tras haber padecido la enfermedad del cáncer de mama.

Gracias a la época actual del internet de las cosas, el bigdata y el machine learning, la investigación clínica puede tomar caminos que van más allá de los ensayos clínicos aleatorizados controlados, de manera que el mundo real puede diferir de las intervenciones idealizadas de los ensayos clínicos.

El proyecto finalizará en marzo de 2025 y tiene un presupuesto de 5,2 millones de euros. Además, para llevarlo a cabo, 12 socios de siete países europeos coordinados por la Universidad Aristóteles de Tesalónica trabajarán juntos.