El estudio ha tenido en seguimiento a 942 personas adultas durante un año, de nacionalidad española. La distribución demográfico de los seleccionados ha sido un factor relevante para su continuidad. El trabajo ha sido publicado en la revista “Spanish Journal od Psychiatry and Mental Health”.
Cada dos semanas rellenaban cuestionarios sobre ansiedad y depresión, para posteriormente evaluar diez conductas que pueden influir en el estado de ánimo, como ciertos hábitos de vida; dietas, ejercicio físico, hobbies, lectura de noticias y actualizaciones sobre el Covid19, y demás actividades.
Los resultados muestran que el consumo intensivo de noticias negativas no solo afecta al bienestar emocional en el momento, sino que los síntomas de ansiedad y depresión se mantienen a lo largo del tiempo. Aunque la investigación se llevó a cabo en el contexto del Covid-19, los expertos señalan que este patrón podría repetirse ante cualquier evento de alto impacto mediático.
Como apunta Joaquim Radua, coordinador del grupo de investigación, el hallazgo permite entender mejor cómo determinados hábitos influyen en nuestra salud mental. Además, remarca la necesidad de prestar atención a la cantidad y tipo de información que consumimos, especialmente en contextos de crisis.
Los investigadores concluyen que controlar de forma constante noticias negativas, en especial relacionadas con temas que generan angustia social, puede convertirse en un factor de riesgo para el bienestar emocional. Aunque estar informado es importante, hacerlo en exceso puede tener consecuencias psicológicas que persisten más allá del momento informativo.