Para entrar en las células humanas, el Covid-19 se basa en interacciones con una proteína abundante llamada enzima, convertidora de angiotensina 2. Este receptor es omnipresente en la mayoría de los órganos humanos, de manera que si el virus circula dentro del cuerpo, también puede afectar a otros órganos.

No obstante, el coronavirus solo daña a un subconjunto de órganos, algo que indica que tiene que existir una vía de transmisión. Por ello, el investigador decidió estudiar los desplazamientos de proteínas predominantes de los pulmones y cómo interactúan con las proteínas de otros órganos.

En este sentido, para que dos proteínas se encuentren y formen un complejo de interacción, necesitan moverse dentro de la célula de manera subdifusiva. Mientras que las proteínas de las células se enfrentan a varios obstáculos que deben superar para poder interactuar. Sin embargo, además de la complejidad del proceso, algunas proteínas existen dentro de la misma célula u órgano, pero otras no.

Estrada desarrolló un modelo matemático que le permitió encontrar un grupo de 59 proteínas dentro de los pulmones que actúan como los principales activadores que afectan a otros órganos humanos. Una cadena de interacciones, que comienza con este conjunto, desencadena cambios en las proteínas en el futuro y, en última instancia, afecta a la salud.

Teniendo en cuenta este hallazgo, sugiere que dirigirse a dichas proteínas de los pulmones con los fármacos existentes podría evitar la perturbación de las proteínas expresadas en órganos distintos a los pulmones, así como un un fallo multiorgánico que, en muchos casos, conduce a la muerte del paciente.

Actualmente, el investigador trabaja en un estudio para conocer cómo las proteínas afectadas viajan entre los órganos.