La insuficiencia cardiaca es una enfermedad que afecta a un 16% de los mayores de 65 años, unos 26 millones de personas en todo el mundo.

En muchos casos, la calidad de vida de los enfermos crónicos depende del cumplimiento de los tratamientos prescritos. 

Este proyecto tiene como objetivo ayudar a que se cumplan y mejorar la calidad de vida de las personas que sufren insuficiencia cardiaca a través de estas aplicaciones, que les facilitarán datos, a través de su móvil, del estado de sus constantes vitales.

Además los médicos podrán realizar un seguimiento en la enfermedad, a tiempo real, mediante estas aplicaciones , permitiéndoles enviarles avisos o coordinar distintas terapias. Pero, ¿cómo es su funcionamiento? 

"Nuestro instituto tiene como misión desarrollar un biosensor para la medición del aliento, que estará integrado en el teléfono, y otro para la saliva, que se prevé incluir en una taza. Para detectar moléculas biomarcadoras, los microchips de silicio que fabriquemos serán modificados por uno de nuestros socios en este consorcio", explica Joan Bausells, investigador del CSIC.

Además también se prevé contar con sensores que controlen el ritmo cardiaco, la presión arterial y la actividad física del paciente.

Todos los datos recopilados serán almacenados en esta aplicación y de crearán posteriores alertas, guías y otras utilidades relacionadas con el seguimiento de la enfermedad de los pacientes.

El proyecto, que se puso en marcha en enero de este año cuenta con una financiación de 4,5 millones de euros y está previsto que tenga una duración de tres años.