Las bacterias gramnegativas son una clase de microbios que infectan a millones de personas en todo el mundo, causando afecciones como la neumonía, las infecciones del tracto urinario e infecciones del torrente sanguíneo.

Estas bacterias son especialmente difíciles de tratar porque poseen fuertes sistemas de defensa. Tienen paredes celulares resistentes que impiden el paso a la mayoría de los antibióticos y los pocos que logran llegar a su interior son eliminados eficazmente.

Los microbios también pueden mutar para lograr evadir múltiples fármacos y, además, los tratamientos que funcionan no son muy específicos, ya que erradican muchos tipos de bacterias, incluidas las que son beneficiosas.

Diseñar un fármaco que pueda infiltrarse en las defensas de las bacterias gramnegativas y trate las infecciones, preservando otros microbios útiles es lo que querían lograr los investigadores del equipo de Paul Hergenrother, del Departamento de Química e Instituto Carl R. Woese de Biología Genómica de la Universidad de Illinois (Estados Unidos).

La fabimicina, una poderosa molécula

El equipo partió de un antibiótico que era activo contra las bacterias grampositivas e hicieron una serie de modificaciones estructurales que creían que le permitirían actuar contra las cepas gramnegativas.

Uno de los compuestos modificados, bautizado como fabimicina, resultó potente contra más de 300 cepas clínicas resistentes a los fármacos, mientras que permaneció relativamente inactivo frente a ciertos patógenos grampositivos y algunas bacterias típicamente inofensivas que viven en o sobre el cuerpo humano.

Además, la nueva molécula redujo la cantidad de bacterias resistentes a los fármacos en ratones con neumonía o infecciones del tracto urinario a niveles anteriores a la infección o inferiores, con un rendimiento igual o superior al de los antibióticos existentes a dosis similares.

Los investigadores afirman que los resultados muestran que la fabimicina podría ser un día un tratamiento eficaz para las infecciones persistentes.