El estudio realizado por el Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA), del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y publicado en 'Genome Biology', muestra un descubrimiento que puede mejorar el tratamiento de la diabetes tipo 2, porque crea la posibilidad de desarrollar fármacos frente a esas enzimas de origen bacteriano, según ha informado este martes el CSIC.

¿Qué es la microbiota intestinal?

La microbiota intestinal es el conjunto de microorganismos que se encuentran en el intestino, y que controla aspectos del metabolismo humano y el comportamiento alimentario. Pero no solo eso, sino que también está relacionado con el desarrollo de patologías metabólicas como la diabetes o la obesidad.

De esas bacterias que conforman la microbiota intestinal hay algunas que, según muestra el estudio, generan unas sustancias que son idénticas a la enzima humana DPP-4. Esta enzima es responsable de la degradación de las incretinas, que son las hormonas que controlan la glucosa en sangre porque son las causantes de la secreción de insulina por parte del páncreas cuando se ingiere comida.

Las incretinas

El polipéptido inhibidor gástrico (GIP) y el péptido similar al glucagón tipo 1 (GLP-1), son los dos tipos de incretinas principales, y son precisamente hormonas con las que la DPP-4 interacciona directamente. Esas hormonas no solo interactúan con la DPP-4, sino que, según ha revelado este estudio, también interactúan con las enzimas que producen las bacterias del intestino mencionadas previamente.

La pérdida de memoria se puede revertir interfiriendo en la enzima HDAC2
La pérdida de memoria se puede revertir interfiriendo en la enzima HDAC2 | Agencias

La investigadora del CSIC en el IATA y autora del estudio, Marta Olivares, ha explicado que hasta ahora se conocía el efecto del DPP-4 con respecto a la glucosa, pero el nuevo descubrimiento es el homólogo del DPP-4 que producen las bacterias intestinales que han detectado. esto es un avance muy importante porque es una parte de la microbiota que puede empeorar la salud, según afirma la autora.

Los fármacos usados hasta ahora

La investigación farmacéutica para el tratamiento de la diabetes tipo 2 ha puesto el foco en la interacción entre DPP-4 y las incretinas, intentando aumentar la vida útil de estas inhibiendo a la actividad de la enzima DPP-4.

Imagen del parche para diabéticos que mide la glucosa
Imagen del parche para diabéticos que mide la glucosa | Archivo

El trabajo del CSIC ha descubierto que, si bien algunos fármacos son efectivos para impedir la acción de las enzimas homólogas a DPP-4 de las bacterias del género Parabacteroides merdae, otros medicamentos no tienen ningún efecto sobre su comportamiento. Es decir, los inhibidores utilizados habitualmente las terapias antidiabéticas varían en su capacidad de acción frente a las enzimas bacterianas."Estos fármacos se han diseñado para actuar sobre la DPP-4 humana, pero no sabíamos que algunas bacterias intestinales producen enzimas que actúan de manera idéntica", ha comentado Alfonso Benítez, científico del CSIC en el IATA y autor del estudio.

El equipo de investigación destaca la importancia de desarrollar tratamientos que actúen frente a las enzimas de origen bacteriano. "Nuestro hallazgo muestra la necesidad de incorporar este factor para conseguir unas terapias más efectivas frente a la diabetes tipo 2", afirma Benítez.