El cáncer cervical es la enfermedad más común relacionada con el virus del papiloma humano (VPH). Prácticamente todos los casos de este tipo de tumor pueden atribuirse a una infección por el VPH, la infección viral más común del tracto reproductivo. La infección con ciertos tipos de VPH causa además una gran proporción de cánceres de ano, vulva, vagina, pene y orofaringe, que se pueden prevenir con estrategias de prevención primaria.

El VPH se transmite sexualmente, pero no se requiere sexo con penetración para la transmisión: el contacto genital piel con piel es un modo de transmisión. Aunque la mayoría de las infecciones por VPH se resuelven por sí mismas y la mayoría de las lesiones precancerosas se resuelven espontáneamente, existe un riesgo de que la infección se convierta en crónica y dichas lesiones precancerosas se conviertan en cáncer cervical invasivo.

El cáncer cervical tarda entre 15 y 20 años en desarrollarse en mujeres con sistemas inmunitarios normales. Solo pueden pasar de 5 a 10 años en mujeres con sistemas inmunitarios debilitados, como aquellas con infecciones por VIH no tratadas.

A nivel mundial, este tipo de cáncer es el más frecuente en mujeres, con unos 570.000 casos nuevos en 2018, que representan el 7,5 % de todas las muertes por cáncer en mujeres. La tasa de mortalidad por cáncer de cuello uterino a nivel mundial se sitúa en 6,9 por cada 100.000 habitantes en el último año.

En los países desarrollados, existen programas que permiten que las niñas se vacunen contra el VPH y que las mujeres se realicen pruebas de detección de forma regular. El cribado permite identificar lesiones precancerosas en etapas en las que se pueden tratar. El tratamiento temprano previene hasta el 80 % de los cánceres cervicales en estos países.

En los países en desarrollo, el acceso a las medidas preventivas es limitado, según advierte la OMS. Este tipo de cáncer no suele identificarse hasta que se encuentra en un estado avanzado y se desarrollan los síntomas. Además, el acceso al tratamiento de dicha enfermedad en etapa tardía puede ser "muy limitado", lo que tiene como resutlado una mayor tasa de mortalidad.

Recomendaciones de la OMS

La OMS recomienda un enfoque integral para la prevención y el control de este tipo de cáncer. El conjunto de acciones recomendado incluye intervenciones a lo largo del curso de la vida.

En niñas de 9 a 14 años, aconseja la vacunación contra el VPH. En niños y adolescentes, recomiendan dar información sanitaria y advertencias sobre el consumo de tabaco, realizar una educación sexual adaptada a la edad y cultura, promover el uso de preservativos, o la circuncisión en el caso de los niños.

Las mujeres sexualmente activas deben ser examinadas para detectar células cervicales anormales y lesiones precancerosas a partir de los 30 años de edad. Si es necesario el tratamiento del precáncer para extirpar células o lesiones anormales, se recomienda la crioterapia (la destrucción del tejido anormal en el cuello uterino mediante la congelación). En el caso de que haya signos de cáncer cervical, las opciones de tratamiento para el cáncer invasivo implican cirugía, radioterapia y quimioterapia.