El estudio, publicado en la revista 'Nature Medicine', revela que los niveles en sangre de la proteína MTBR-tau243 reflejan con precisión la acumulación de agregados tóxicos de tau en el cerebro, correlacionándose con la severidad del Alzheimer. Al analizar estos niveles en individuos con deterioro cognitivo, los investigadores pudieron distinguir entre aquellos con Alzheimer en fases tempranas o avanzadas, diferenciándolos de pacientes cuyos síntomas tenían otras causas.

El doctor Randall J. Bateman, coautor principal y profesor distinguido de Neurología en la Universidad de Washington (Estados Unidos), destacó: "Este análisis de sangre identifica claramente los ovillos de tau del Alzheimer, nuestro mejor biomarcador para medir los síntomas de la enfermedad y la demencia". Actualmente, no existen métodos sencillos ni accesibles para medir estos ovillos, por lo que esta prueba podría ofrecer una indicación más precisa sobre si los síntomas se deben al Alzheimer, lo que ayudaría a los médicos a determinar los tratamientos más adecuados para sus pacientes.

Tradicionalmente, el estadio inicial del Alzheimer se realiza mediante tomografías por emisión de positrones (TEP) para detectar placas amiloides y ovillos de tau en el cerebro. Sin embargo, estas técnicas son costosas, requieren mucho tiempo y su disponibilidad es limitada fuera de los principales centros de investigación. En contraste, la nueva prueba sanguínea ha demostrado una precisión del 92% al compararse con escáneres cerebrales. Utiliza una tecnología licenciada por la Universidad de Washington a C2N Diagnostics, una empresa emergente que previamente desarrolló análisis de sangre para detectar amiloide, incorporando mediciones de otra forma de tau llamada p-tau217.

El profesor Oskar Hansson, coautor principal y profesor de neurología en la Universidad de Lund, señaló: "Creo que utilizaremos la p-tau217 en sangre para determinar si una persona padece Alzheimer, pero MTBR-tau243 será un complemento muy valioso tanto en entornos clínicos como en ensayos de investigación". Explicó que cuando ambos biomarcadores son positivos, la probabilidad de que el Alzheimer sea la causa subyacente de los síntomas cognitivos de una persona aumenta significativamente, lo cual es crucial para seleccionar el tratamiento más adecuado para cada paciente.

La profesora asociada de investigación de neurología en la Universidad de Washington, Kanta Horie, subraya la importancia de este hallazgo: “Estamos a punto de entrar en la era de la medicina personalizada para el Alzheimer. Tener un análisis de sangre que pueda detectar y seguir el progreso de la enfermedad es un paso crucial para mejorar la atención a los pacientes”.

Este avance podría transformar el enfoque diagnóstico y terapéutico de una enfermedad que afecta a millones de personas en todo el mundo, ofreciendo esperanza para una detección más temprana y tratamientos más efectivos a quienes padecen esta enfermedad neurodegenerativa.