La Sociedad Española de Senología y Patología Mamaria (SESPM), con la colaboración de varias compañías, entre ellas Faes Farma, ha publicado el documento 'Estilo de vida y cáncer de mama. Actuaciones antes, durante y después del tratamiento', en el que avisa de que los niveles bajos de vitamina D se podrían asociar con un mayor riesgo de cáncer de mama.
El trabajo informa sobre cuáles son los factores epidemiológicos relacionados con el cáncer de mama y cómo interactúan estos factores a la hora de condicionar la aparición y la evolución del cáncer o su interferencia con la calidad de vida de los pacientes tras haberlo padecido.
La SESPM actualiza sus recomendaciones en una gran variedad de temas relativos al cáncer de mama. Uno de estos temas hace referencia a la relación existente entre la vitamina D (también llamada hormona D) y este tipo de patología oncológica.
Los efectos que tiene la vitamina D sobre el tejido óseo es algo mayoritariamente conocido, pero la vitamina D es en realidad un complejo sistema hormonal que ejerce su acción en prácticamente todos los órganos y tejidos, pues el receptor para la vitamina D (VDR) está en casi todas las células del organismo. Por esta razón es por la que la vitamina D y el cáncer mantienen una vinculación.
Múltiples estudios epidemiológicos han demostrado que en zonas geográficas con más exposición a los rayos UVB existe una menor incidencia y mortalidad en hasta 13 tipos de cáncer, entre ellos mama, colon, ovario y próstata1.
En este sentido, el presente trabajo ha puesto de manifiesto que la vitamina D presenta actividad a través de la vía del receptor de la vitamina D (VDR) sobre las células tumorales y, de forma indirecta, regulando el comportamiento de las mismas.
En el caso del cáncer de mama, se ha observado que el receptor VDR parece ser importante para su progresión a metástasis y que niveles bajos de 25-hidroxivitamina D podrían favorecer esta progresión.
Aunque recuerdan que hay que tener en cuenta que al margen del cáncer de mama y como sucede con otras hormonas esteroideas, su secreción va decreciendo de manera constante más allá de los 40-50 años.