Un trabajo publicado en la revista Nucleic Acids Research revela el papel clave de ciertos factores celulares en la supervivencia de tumores. El estudio muestra cómo algunas proteínas permiten a las células cancerígenas soportar daños en su material genético y continuar proliferando.

La vigilancia del ADN, un punto crítico

El ADN debe copiarse de forma precisa cada vez que una célula se divide. Para evitar errores graves, existe un sistema de vigilancia llamado “checkpoint de replicación”, que detiene el ciclo celular y activa reparaciones cuando se detecta daño en el material genético. Cuando este mecanismo falla, las células quedan expuestas a una degradación masiva del ADN, lo que suele ser letal.

Sin embargo, en los tumores este control falla habitualmente, y aun así las células logran sobrevivir y multiplicarse. La investigación realizada en levaduras como organismo modelo ha permitido identificar cómo se produce este fenómeno.

El equipo ha demostrado que la proteína humana PrimPol, al expresarse en levaduras, puede proteger al ADN recién copiado de esa degradación masiva. Esto apunta a un posible papel de PrimPol en la resistencia de las células tumorales a los tratamientos que dañan el ADN, como la quimioterapia.

Además, se han identificado tres factores adicionales, Rad51, Mus81 y Rad5, que, aunque en condiciones normales ayudan a la replicación del ADN, en ausencia del sistema de vigilancia favorecen la destrucción del material genético. Estos hallazgos sugieren que mutaciones en dichos factores podrían estar relacionadas con la quimioresistencia.

Implicaciones para el futuro

Según los autores, comprender estos mecanismos es clave para avanzar en la lucha contra el cáncer. Si las células tumorales consiguen sobrevivir gracias a proteínas como PrimPol o a mutaciones en factores como Rad51, Mus81 y Rad5, los tratamientos actuales pueden perder eficacia.

“Estos resultados sugieren que la adquisición de mutaciones adicionales en factores como los identificados en este trabajo podrían ser responsables de la quimioresistencia al promover la supervivencia al daño”, explica Gómez González.

Estos avances abren nuevas líneas de investigación para diseñar terapias que neutralicen la capacidad de las células tumorales de resistir el daño en el ADN. Entender sus puntos débiles es esencial para mejorar la eficacia de los tratamientos contra el cáncer.