En el marco del Día Europeo para el Uso Responsable de los Antibióticos, que se celebra este 18 de noviembre, el ECDC ha publicado nuevos datos que revelan que esta situación está amenazando con "revertir años de progreso médico". Así, el ECDC advierte de que el aumento de la RAM, junto con la escasez de tratamientos nuevos y eficaces, constituye una grave crisis de salud pública en Europa y en todo el mundo. Según el organismo, europeo, en un mundo interconectado, la RAM agrava aún más los problemas de salud derivados de las enfermedades no transmisibles, los cambios demográficos y la falta de personal sanitario.
El ECDC señala retrocesos en el control de infecciones y uso de antibióticos
"Abordar la resistencia antimicrobiana (RAM) requiere de una innovación crucial en tres focos clave: medidas firmes para el uso responsable de antibióticos, prácticas sostenidas y estandarizadas de prevención y control de infecciones, y nuevos antibióticos en desarrollo", ha destacado la directora del ECDC, Pamela Rendi-Wagner. Desde 2019, la incidencia estimada de infecciones del torrente sanguíneo causadas por 'Klebsiella pneumoniae' resistente a carbapenémicos ha ascendido en más del 60%, a pesar de la meta de un descenso del 5% para 2030. De manera similar, las causadas por 'Escherichia coli' resistente a cefalosporinas de tercera generación han aumentado más del 5%, a pesar de la meta de un descenso del 10%. Además, el consumo de antibióticos también ascendió en 2024, en contra de la meta de reducción del 20%. Mientras tanto, la proporción de antibióticos de primera línea utilizados en aquellos del grupo de Acceso de la clasificación AWaRe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que deberían representar al menos el 65% del uso total, se ha mantenido estancada en torno al 60%.
Una crisis humana y social
El ECDC prevé que las infecciones resistentes a los antimicrobianos causan más de 35.000 muertes al año en la UE, lo que causa una carga considerable para las personas, las sociedades y los sistemas sanitarios. El ascenso de las infecciones resistentes debilita la medicina moderna y pone en peligro los métodos que salvan vidas, como los trasplantes de órganos, la terapia oncológica, la cirugía y los cuidados intensivos. "Detrás de cada estadística hay una persona cuyas opciones de tratamiento se están agotando: un niño, un padre, un abuelo. La resistencia a los antimicrobianos no es solo un problema médico, sino también social. Debemos garantizar que nadie en Europa se quede sin una opción de tratamiento eficaz", manifiesta Diamantis Plachouras, jefe del programa de Resistencia a los Antimicrobianos e Infecciones Asociadas a la Atención Sanitaria del ECDC.
En este momento, el ECDC indica que varios factores contribuyen al incremento de las infecciones difíciles de tratar: el envejecimiento de la población, con enfermedades crónicas subyacentes que la hacen más vulnerable a las infecciones; la transmisión transfronteriza de microorganismos resistentes, y el uso constante elevado de antibióticos, sumado a las deficiencias en la prevención y el control de infecciones. Al mismo tiempo, destaca que la cartera mundial de antibióticos en desarrollo sigue siendo escasa, especialmente contra microorganismos críticos para la salud pública, como las bacterias gramnegativas resistentes a los carbapenémicos.
Se necesitan soluciones innovadoras para impedir el aumento de la resistencia antimicrobiana, pero existen muy pocos antibióticos nuevos con mecanismos de acción novedosos próximos a su aprobación. Incluso, se detecta un uso por debajo del deseable de los antibióticos de primera línea del grupo Acceso de la clasificación AWARE de la OMS y una creciente dependencia de los antibióticos de último recurso. "Estos desafíos ponen de manifiesto la necesidad de una acción coordinada para garantizar el acceso equitativo, la producción sostenible y el uso responsable de los antibióticos existentes y futuros", manifiesta el ECDC.
El papel del ECDC en el apoyo a los países de la UE
El ECDC destaca que sigue supervisando la RAM y el consumo de antimicrobianos en toda Europa, investigando los riesgos para la salud pública relacionados y estimando la carga de las infecciones resistentes. El Centro apunta que colabora estrechamente con los países de la UE para fortalecer los sistemas de vigilancia, mejorar la capacidad de los laboratorios y aprovechar las herramientas digitales y los registros electrónicos de salud para una mejor toma de decisiones basada en datos.
Según el ECDC, su apoyo para ampliar la vigilancia genómica de los patógenos resistentes ha permitido la detección temprana de amenazas emergentes, un mejor seguimiento de los brotes y una colaboración regional y mundial más sólida en el control de la RAM. Además, indica que el apoyo adaptado a cada país, a través de evaluaciones exhaustivas de la preparación y la capacidad de respuesta ante la RAM y las infecciones asociadas a la atención sanitaria, también garantiza que todos los países de la UE estén mejor preparados para afrontar esta amenaza constante y en evolución. "La resistencia a los antimicrobianos es un desafío en constante evolución, pero Europa aún puede lograr avances reales. Juntos podemos construir un futuro más seguro, donde el tratamiento eficaz siga estando disponible para las generaciones futuras", ha concluido Plachouras.