El principal investigador del proyecto, que empezó en febrero de 2015, es el doctor Nicolás Cuenca, coordinador del grupo de investigación del Sistema Visual de Neurobiología y Terapia de las Enfermedades Neurodegenerativas de la Universidad de Alicante (UA). Cuenta con la colaboración del doctor Thomas Beach, del Instituto de Investigación de Salud Sun Banner, de Sun City, Arizona (EEUU), y de expertos de la Universidad Estatal de Arizona y de la Clínica Mayo de ese estado.

El trabajo es novedoso a nivel mundial porque se ha llevado a cabo con retinas de pacientes de Parkinson fallecidos, donadas al Sun Banner, un centro dedicado a la investigación de esta patología y de la enfermedad del Alzheimer, y enviadas a la UA para ser estudiadas por Cuenca y también por la investigadora predoctoral de la Universidad de Alicante Isabel Ortuño Lizarán.

En una entrevista Cuenca y Ortuño Lizarán han explicado que han estudiado en concreto la proteína alfa-sinucleína porque es una de las principales marcas patológicas que se suelen analizar para determinar si se padece de párkinson, una enfermedad neurodegenerativa que afecta a entre siete y diez millones de personas en el mundo. Los pacientes de párkinson presentan en el cerebro como signo característico de esta enfermedad una acumulación de la citada proteína que forma una estructura llamada cuerpos de Lewy, cuyo número va aumentando conforme la enfermedad avanza.

Cuenca y Ortuño Lizarán han destacado que la trascendencia científica del trabajo que han realizado estriba en que, por primera vez, han identificado cuerpos de Lewy en retinas de personas con Parkinson. Ese resultado es fruto del estudio de las retinas remitidas por el Banner Sun de pacientes postmortem con Parkinson en, cuyos datos clínicos y de anatomía patológica del cerebro están recopilados en ese instituto estadounidense. Además, los investigadores han encontrado una correlación: cuanto mayor cantidad de alfa-sinucleína hay en la retina, más alteraciones del tipo motor y clínico del Parkinson se producen, lo que significa que la enfermedad está en un estadio mayor de gravedad.

La acumulación de esta proteína en la retina formando cuerpos de Lewy es similar a la que se encuentra en el cerebro en la enfermedad del Parkinson, ha resumido Cuenca. "Por eso creemos que la alfa-sinucleína es un buen biomarcador del Parkinson, puede evidenciar el grado de severidad de la enfermedad y refleja de alguna manera lo que está pasando en el cerebro", ha dicho.

Ortuño Lizarán ha precisado que en la actualidad no existe una técnica aplicada en medicina que permita detectar la alfa-sinucleína en la retina de una persona viva. Ha revelado que un segundo hallazgo del estudio es que esta proteína no solo aparece en los pacientes diagnosticados con párkinson, sino también en algunos que no presentaban sus síntomas motores habituales (temblores y lentitud del movimiento) pero sí que tenían ya el cerebro afectado por esta enfermedad.

"Esto indica que la alfa-sinucleína puede ser también un biomarcador temprano", por lo que podría ayudar a detectar el Parkinson antes de aparezcan los síntomas clínicos de la enfermedad, ha apuntado. Una vertiente de esta investigación no recogida en la revista 'Movement Disorders' es que han comprobado que, además de la acumulación de la proteína alfa-sinucleína, en la retina se observa otro proceso relevante que ocurre en el cerebro de los pacientes con Parkinson: la muerte de células dopaminérgicas (se hallan en ambos órganos).

El Parkinson se caracteriza por la degeneración de las neuronas doparminégicas, las cuales liberan dopamina, un neurotransmisor clave para la función motora, y las personas que sufren esta enfermedad a menudo experimentan trastornos visuales. Ambos científicos han resaltado que la retina supone un modelo ideal para estudiar el Parkinson, el Alzheimer y la esclerosis múltiple al ser una prolongación de este complejo órgano y formar parte del sistema nervioso central. "La retina es la ventana del cerebro", ha sentenciado Cuenca.