Investigadores del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC (CNB-CSIC) han demostrado que las bacterias resistentes a los antibióticos readaptan su metabolismo para mantener su capacidad de supervivencia intacta.

Los investigadores afirman que han descrito un mecanismo de compensación llamado recableado metabólico por el que las bacterias reajustan su metabolismo para compensar las desventajas que conlleva ser resistente a antibióticos.

Bajo la premisa de que las bacterias resistentes serían menos aptas para sobrevivir, se había propuesto, sin mucho éxito, implementar ciclos de antibióticos alternos como estrategia para luchar contra la aparición de nuevas resistencias contra los fármacos más utilizados.

Por este motivo, impedir que la bacteria reajuste su metabolismo para compensar su debilidad podría ser una estrategia eficaz en la lucha contra los patógenos insensibles a los antibióticos.

Los mutantes resistentes que se han analizado presentan una gran cantidad de proteínas capaces de bombear los antibióticos al exterior, con las que el microorganismo sobrevive al fármaco.

Pero bombear los antibióticos fuera de la célula requiere un gasto de energía muy alto. Además, junto al antibiótico, se expulsan también otros productos esenciales para la vida de la bacteria.

Toda esta actividad lleva a una acidificación del interior del microorganismo. Y, como consecuencia, la bacteria debería debilitarse y perder eficiencia en ambientes libres de antibiótico donde sería superada por aquellas variedades no resistentes.

Para compensar el desequilibrio en el pH y la necesidad de energía extra, la bacteria incrementa su respiración aerobia y el consumo de oxígeno, al igual que aumenta también la respiración anaerobia. De esta manera, la bacteria reajusta todos sus procesos metabólicos para compensar las desventajas asociadas a su resistencia a los antibióticos.

Desarrollar un fármaco capaz de bloquear la respiración anaerobia de la bacteria podría ser una alternativa eficaz contra la aparición de nuevas cepas de patógenos resistentes, concluyen los expertos.