La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica se dedica a la investigación de los trastornos del sueño vinculados a la respiración y, sobre todo, la apnea de sueño que es la suspensión transitoria de la respiración. 

Hasta hace relativamente poco tiempo no se daba importancia a roncar o tener problemas durante el sueño, por lo que las personas no consultaban a su médico.  De allí que a pesar de que se estima que entre 1 y 2 millones de personas pueden padecer apnea, solo un 10% de están diagnosticadas.

La persona que sufre apnea de sueño deja de respirar durante 10 segundos, aproximadamente, de manera repetida a lo largo de la noche y estas paradas pueden durar incluso dos minutos. 

Las consecuencias de padecer apnea del sueño son principalmente: sensación de cansancio durante el día, somnolencia que puede repercutir en el día a día de la persona que lo padece. 

Gracias a las últimas investigaciones realizadas por los expertos en apnea de SEPAR también sabemos que la apnea no tratada también tiene consecuencias graves para la salud como diabetes, hipertensión, ictus o enfermedades cardiovasculares o incluso cáncer.

Sin embargo, la apnea de sueño tiene un tratamiento, que reduce sus síntomas y que no es curativa, que es la CPAP: una máquina que a través de unas mascarilla por la nariz o por la nariz y la boca administra una presión de aire sobre la vía aérea y evita que se cierre la garganta. 

Pero, también existen otras alternativas a este tratamiento como son los dispositivos intraorales. Pero no debemos olvidar que, también, perder peso, no fumar, dormir lo suficiente o hacer ejecicio físico pueden mejorar la calidad de vida de estas personas. 

Los retos a los que deben enfrentarse los expertos son ahora reducir el infradiagnóstico, facilitar el acceso a los tratamientos y reducir las listas de espera.