Los oncólogos Manuel Hidalgo, director del Programa de Investigación Clínica del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), e Ignacio Garrido-Laguna, miembro del Programa de Terapias Experimentales del Huntsman Cancer Institute de la Universidad de Utah (EE.UU.) han publicado en la revista 'Nature Reviews Clinical Oncology', una revisión del estado del arte del tratamiento clínico del cáncer de páncreas, tanto de las terapias ya existentes como de las líneas de investigación más novedosas.

En su trabajo, que revisa casi 200 artículos científicos publicados en los últimos 30 años, los autores recuerdan que, pese a que en la última década se ha avanzado en la comprensión de la biología de este tipo de tumor, hasta la fecha no se han encontrado nuevos enfoques para conseguir mejores tratamientos.

Esta es una de las razones por las que sigue siendo uno de los cánceres con el índice de mortalidad más elevado. Ahora, los investigadores apuntan a un cambio de rumbo: el posible potencial de la inmunoterapia, junto a otros tratamientos que pueden aumentar la supervivencia de los pacientes de forma significativa, e incluso una reconsideración de la naturaleza de esta enfermedad, podrían ayudar a orientar las estrategias del futuro.

Hidalgo y Garrido-Laguna explican dos cuestiones a tener en cuenta: todavía no existen métodos de cribado efectivos para detectar el cáncer de páncreas en sus fases iniciales y que la supervivencia a 5 años de los pacientes sometidos a cirugía sigue siendo tan baja como antes, situándose en torno al 15-20%.

El hecho de que los estadios iniciales sean asintomáticos dificulta su diagnóstico temprano y, por lo tanto, la mejora de la supervivencia. Pero podría haber algo más: "Recientes investigaciones sugieren que se trata de una enfermedad sistémica incluso en sus inicios, es decir, que podría involucrar a otros órganos y no solo al páncreas", explica Manuel Hidalgo. 

Otras investigaciones derriban creencias del pasado. "Así ha ocurrido, por ejemplo, con la aplicación de la radioquimioterapia, una estrategia cuyos beneficios han sido cuestionados para los tumores no metastásicos", dice Hidalgo.

Por otro lado, si en el pasado el cáncer de páncreas era considerado resistente a la inmunoterapia, recientes investigaciones en pacientes con metástasis han arrojado resultados positivos en esta dirección. Un ejemplo de ello son las vacunas GVAX, que contienen células tumorales que estimulan el sistema inmunitario del paciente.

Otras evidencias podrían aportar nuevos enfoques terapéuticos: algunos estudios apuntan, por ejemplo, al decisivo papel de los tejidos de sostén del páncreas (el estroma) en el desarrollo de este tipo tumoral. Además, se cree que los tratamientos neoadyuvantes podrían mejorar los efectos de la quimioterapia y la radioterapia y permitirían el tratamiento temprano del cáncer de páncreas metastásico.

El cáncer de páncreas es poco frecuente (representa el 2,1% de todos los tumores), pero su incidencia no ha dejado de aumentar desde mediados del siglo XX. Además, más del 80% de los pacientes experimentan una recidiva tras la cirugía (el 60% de ellos, dentro de los 6 meses siguientes).