Actualmente están teniendo lugar tres revoluciones en la investigación de esta enfermedad. Una de ellas es el diagnóstico en sangre, que se iniciará en centros especializados y se espera que se extienda a la Atención Primaria.

Desde el punto de vista biológico, esta técnica permitiría conocer que las personas que tienen proteínas relacionadas con la enfermedad. De esta forma, se podría diagnosticar el Alzheimer preclínico, es decir, detectar las personas que, aunque no presentes síntomas, ya tienen la enfermedad en su cerebro. Esta nueva herramienta va a permitir estudiar el riesgo genético de las personas y conocer los primero síntomas.

De la misma manera, el experto ha destacado que se está produciendo una revolución genética en la enfermedad que está aportando luz en el camino. "Hace 10 años, solo sabíamos que había un gen asociado, pero ya conocemos más de 80", ha asegurado. En concreto, en el último año se han duplicado los genes conocidos de esta enfermedad.

Estos avances en genética confirman que este tipo de patologías son causales.

Otra de las revoluciones está relacionada con los marcadores digitales, relacionados con la Inteligencia Artificial (IA). A través de ella se pretende monitorizar a distancia algunos datos biométricos de los pacientes, con el objetivo de poder detectar los primeros síntomas que indiquen que esa persona comienza a sufrir un declive cognitivo. Se trata de encontrar las señales vinculadas al habla y el movimiento de la persona.

Por otro lado, durante esta jornada también se ha recordado que hay dato epidemiológicos que indican que el Alzheimer es prevenible. De hecho, el estilo de vida influye en las posibilidades de sufrir Alzheimer.

Sin embargo, no conocer las causa y la enorme complejidad de este tipo de enfermedades supone un reto común a los cánceres: son enfermedades extremadamente complejas y todavía no se tiene clara la causalidad. Con todo, es fundamental la investigación para dar respuesta.

En los últimos meses ha habido resultados positivos de ensayos clínicos de tratamientos para esta patología. Por ejemplo, en Estados Unidos recientemente se ha aprobado una molécula que, aunque no cura la enfermedad, parece que la frena.

Las estrategias que sean capaces de frenar la acumulación de beta-amiloide, un factor relacionado de forma directa con el desarrollo del Alzheimer, y frenar el deterioro cognitivo, podrían ser capaces de frenar la dependencia asociada a la enfermedad. Y es que el principal reto es seguir trabajando en la detección precoz y continuar haciendo posible que las personas que se encuentran en las primeras fases de la enfermedad sean detectadas.

El catedrático de genética Arcadi Navarro, líder del centro de investigación del Alzheimer de la Fundación Pasqual Maragall, ha reclamado más financiación en investigación para la enfermedad. "Ahora tenemos la oportunidad de invertir en ciencia. Pronto, la Agencia Europea del Medicamento aprobará los nuevos tratamientos y, por ese, tendremos la obligación de dar un servicio completo: detección precoz y posibilidad de fármacos que frenen la enfermedad o la dependencia desde el momento del diagnóstico", ha asegurado Navarro.

Reclaman un Plan Nacional contra el Alzheimer

Por último, los expertos han reclamado un Plan Nacional contra el Alzheimer, porque consideran que es una pandemia estructural y debemos ser capaces de planificar una estructura de gastos y centros especializados.

En la actualidad no existe un Plan Nacional del Alzheimer, y es necesaria una estrategia en este sentido para que todos los usuarios tengan acceso a un diagnóstico precoz de la enfermedad.