Gabo nunca llegó a irse del todo. Millones de lectores en todo el mundo han hecho su obra, que le procuró el Nobel de Literatura, inmortal. Aseguran quienes le conocieron que era perfeccionista hasta extremos insospechados. Esa fue, argumenta su familia, la razón por que nunca estuvo a gusto con la novela que ahora ve la luz: En agosto nos vemos.

Diez años después de su muerte, veinte desde la publicación de su último libro y coincidiendo con día en que hubiera cumplido 97 años, García Márquez vuelve a las librerías con la novela que estuvo a punto de destruir.

Su nueva ficción presenta un canto a la vida, a esa sed de aventuras que no entiende de edades

Presenta la historia de Ana Magdalena Bach, que cada mes de agosto vuelve a la isla donde está enterrada su madre para visitar su tumba. Esos regresos terminan convirtiéndose en una irresistible invitación para darse el permiso, durante una noche cada año, para ser una persona distinta.

Sin perder la estela del realismo mágico que le lanzó a lo más alto, su nueva ficción presenta un canto a la vida, a esa sed de aventuras que no entiende de edades, a aferrarse a la libido pese a que los años pesen materializándose en un potente manifiesto al goce y deseo femenino.

La novela que quiso destruir

"El libro no sirve, hay que destruirlo". Este parece que fue el duro juicio del escritor ante el proyecto de libro que nunca publicó en vida. Ante una sentencia tan dura como categórica, era de esperar que muchas de las preguntas dirigidas a los hijos del escritor en la presentación de hoy pidieran que aclarasen por qué han decidido que debía publicarse.

"A mí personalmente me deja tranquilo que toda su obra quede publicada y a disposición de los lectores", argumenta Gonzalo García Barcha, uno de sus hijos. "No queda esa misteriosa novela que solo puede consultarse en el archivo de Harry Ramson Center de Austin (Texas)". Y aquí saca a relucir, una vez más, a la agente literaria que trabajó de la mano del Nobel: Carmen Balcells. "Yo siempre recuerdo a Carmen diciendo: 'Mejor que todo tenga un ISBN para poder perseguir así posibles intentos de piratería".

Su hijo Rodrigo cree que "esas instrucciones de destruir el libro venían de una persona incapaz de juzgarlo"

Su hijo Rodrigo García Barcha intervenía a través de videoconferencia para añadir que "esas instrucciones de destruirlo venían de una persona incapaz de juzgar el libro". Comentaba cómo Gabo comenzó a tener problemas primero para escribir, después para leer y posiblemente para juzgar. Uno de los momentos más emotivos de la presentación ha llegado precisamente cuando repasaban el deterioro cognitivo de su padre, que sobrellevó de manera íntima, evitando - aseguran- causarles angustia.

Han revelado que la primera señal de alarma vino cuando dejó de recordar sus sueños. "Los sueños eran muy importantes para él, incluso le ayudaban a resolver asuntos literarios", comenta su hijo Gonzalo.

Los dos han confesado que cuando leyeron el libro les sorprendió gratamente la calidad. "Estaba mucho mejor de lo que creíamos", afirmaba Rodrigo. Gonzalo además comenta que anoche volvió a leerlo en la versión audiolibro y que no encontró ninguno de esos "baches y contradicciones" de los que se advierte en el prólogo. Ha destacado, por cierto, la calidad del audiolibro que duró exactamente el trayecto en alta velocidad desde Sants a Atocha.

Respetando el puño y letra de Gabo

La novela ha respetado la escritura original de la novela. Como prueba, se adjuntan al final un total de cinco facsímiles con anotaciones del propio escritor que han servido de guía fiel para tener una pauta en las correcciones que él mismo se hizo.

"Todas las palabras han sido escritas por García Márquez", aseguraba su hijo Rodrigo. "No se ha agregado nada que no estuviera en los originales. En algún momento se comentó de que carecía de final, pero Cristóbal Pera, que trabajó con Gabo, nos confirma que cuando todavía vivía, le confirmó que el libro tenía un final y, de hecho, lo leyeron juntos".

Quienes trabajaron mano a mano con el Nobel de literatura aseguran que él fue el mejor editor de sus textos. "Tenía una capacidad enorme de leerse editando. No podemos saber cuántos retoques hubiera hecho en este libro teniendo en cuenta que en Memoria de mis putas tristes hizo dieciocho cambios al borrador original, pero sí podemos asegurar que se han respetado sus propias notas y pautas", recalca Pilar Reyes, directora editorial del grupo Random House.

Literatura inédita con un estilo diferente

Los hijos de García Márquez también han hecho hincapié en que es una novela que ofrece una versión literaria más contemporánea. Aparecen escenarios más modernos como los hoteles a los que define como "naves espaciales" y algún apunte crítico que anticipaba lo que venía en el mundo de las nuevas tecnologías.

Es una novela que ofrece una versión literaria más contemporánea

Otra de las revoluciones de la novela subrayan que es la voz femenina, ya que, aclaran que aunque en sus novelas siempre ha habido papeles importantes encarnados por mujeres prácticamente en ninguna aparecía como protagonista una mujer. Enfatizan el hecho de que sea una mujer que reivindica su propio deseo. "No se parece a otros libros, en cuanto al mundo que plantea y también el personaje y eso nos animó a publicarlo", apuntaba Rodrigo.

En definitiva, han calificado En agosto nos vemos como el mejor regalo que podían hacer a sus lectores, aún a riesgo de traicionar la voluntad de su padre.