Fernando Giráldez

Editorial: Paidós

Año de publicación original: 2025

Antes de que Estados Unidos y la URSS se enzarzaran en una carrera por ver quién mandaba al primer hombre al espacio, y muchísimo antes de que Jeff Bezos enviara allí arriba a Katy Perry (que digo yo que vaya ocasión perdida de haberla dejado allí para siempre), los humanos, aquí abajo, en el suelo terrestre, libraron una lucha milenaria contra la razón por la conquista del espacio. Esto es, ¿cómo recrear en un lienzo bidimensional un mundo tridimensional?

La primera conquista del espacio fue cómo recrear en un lienzo bidimensional un mundo tridimensional

Mirando 'Las Meninas' podríamos decir sin titubear qué personaje está delante y cuál detrás cuando, en realidad, todos están en el mismo plano del lienzo. Si creemos que la infanta Margarita está delante de Marcela de Ulloa es porque Velázquezestá engañando, no a nosotros, sino a nuestro cerebro. Y la explicación a este fenómeno la da Fernando Giráldez excelentemente bien en Un neurocientífico en el Museo del Prado.

Por cierto, esto de 'la conquista del espacio' ya me hubiera gustado que fuera una ocurrencia mía, pero no, es el título de uno de los capítulos del libro.

Manchitas de colorinchis

Con el atrayente título de El cerebro, Platón y El Bosco comienza el primer epígrafe del primer capítulo, dedicado a nuestra capacidad y necesidad de categorizar el mundo. Por qué lo hacemos, qué nos aporta y qué tiene que ver con el pintor flamenco y 'El jardín de las delicias' es lo que descubriremos en estas primeras páginas que, como un tobogán de un parque acuático, nos deslizará sin freno en un viaje apasionante.

Antes te hablaba de la infanta Margarita y de Marcela de Ulloa y con ello te he llevado a una trampa que no has sabido ver. Damos por hecho que las vemos porque nuestro cerebro interpreta que esas manchas que vemos son ellas, pero solo son manchas de colores. Incluso si las tuviéramos delante tampoco serían ellas, solo estaríamos interpretando la luz que llega a nuestras retinas.

"La información que recibimos del mundo exterior es parcial y está limitada por las capacidades de nuestros órganos sensoriales"

Escribe Giráldez que "la información que recibimos del mundo exterior es parcial y está limitada por las capacidades de nuestros órganos sensoriales". Así que ni siquiera la realidad es LA REALIDAD.

Y así aprendemos, por ejemplo, a través de los distintos retratos de la pinacoteca, cómo funciona la prosopagnosia, el trastorno neuropsicológico que incapacita a nuestro cerebro para interpretar los rostros humanos. Por qué se produce este fenómeno es algo que explica el científico en el libro tan bien que no me atrevo a reproducirlo por dos razones: porque temo equivocarme y porque si te lo cuento yo no querrás leerle a él y te estarías perdiendo una gran experiencia.

Te prometo que Un neurocientífico en el Museo del Prado te va a volver loco desde el momento en que empieces a leerlo. Primero por la forma en la que su autor es capaz de explicarnos a los legos conceptos tan complejos. Segundo, porque el resultado de leerlo es el ansia que despierta en uno de volver al museo y perderse por sus pasillos, con el libro en la mano, para revisitar sus obras como nunca antes lo habíamos hecho.

Sigue el canal de Ahora Qué Leo en WhatsApp para estar al tanto de todas nuestras reseñas, reportajes y entrevistas.