María Luisa Cava de Llano describe el edificio del Consejo de Estado (al que no ha podido tener acceso Salvados) como un "santuario de la reflexión, del estudio". Entre sus principales funciones, destaca los dictámenes consultivos que formula un equipo de abogados. A continuación, los consejeros redactan un informe en base a esa documentación.

Sin embargo, la consejera subraya el carácter consultivo de estos informes. No son vinculantes, por lo que los gobiernos pueden decidir si seguir sus directrices o no. Jordi Évole pone de ejemplo el caso de la Ley de Educación, también llamada Ley Wert, en el que el Consejo de Estado recomendó no eliminar la asignatura de Educación para la Ciudadanía. El Gobierno hizo caso omiso de este punto del informe.

Cava de Llano asegura que las dietas de los consejeros "no son excesivas", y llega a cuantificarlas en "900 y pico de euros menos el IRPF". Eso sí, admite que cobra mensualmente independiente del número de plenos al que le toque asistir.

Ante la pregunta de Jordi Évole de si se trata de una forma de "jubilación dorada" para políticos, la consejera no lo niega y añade que le parece "muy bien". Defiende, además, la eficiencia del Consejo de Estado: "La experiencia que han acumulado los consejeros le resulta muy buena a los gobiernos".