Unos delincuentes se han adentrado en una clínica dental. Alertados por unos vecinos, la policía acude para evitar un posible robo. Llega y descubre que la puerta de entrada está atrancada, deduciendo que aún puedan encontrarse dentro.

Los agentes se incorporan sujetando una linterna en una mano y una pistola en la otra. Dados unos pasos la alarma suena y escuchan romper unos cristales. Acceden con prisa a la sala de donde procede el sonido.