La conocida como 'teoría de la conspiración', aparecida tras los accidentes del 11M en torno a una mochila en la que apareció un explosivo que no llegó a explotar, ha tenido una gran víctima. Su nombre es Rodolfo Ruiz y era, en el día de los atentados en Madrid, el comisario jefe del distrito de Puente de Vallecas. La estación de Pozo del tío Raimundo, en donde estalló una bomba, estaba adscrita a su jurisdicción. Y en él se centraron los conspiracionistas, acusándole de haber colocado la mochila. En la víspera del décimo aniversario del día en que fallecieron 192 personas, Gonzo ha estado con él.

Aún con el paso del tiempo, Ruiz no sale de su estupefacción ante todo lo ocurrido: "Tengo que decir que yo no vi absolutamente nada, yo no vi la mochila, sólo vi fotografías de la famosa mochila en los periódicos". "Yo sobre las 12 de la noche de ese día, voy a mi domicilio a descansar un poco y, a los pocos minutos de meterme a la cama, me llaman al teléfono móvil y me informan de que había aparecido entre los objetos y efectos del Pozo del tío Raimundo un artefacto explosivo dentro de una mochila", asegura.

Según cuenta el antiguo comisario, que ahora vive en Zaragoza, el artefacto apenas estuvo en su comisaría: "Me dijeron que se había activado el protocolo: desalojar la comisaría, llamar a los especialistas y trasladar el artefacto al parque Azorín". "Los TEDAX se llevaron la mochila para analizarla y ver si eso podía llevar a una línea de investigación", afirma Ruiz.

"Un linchamiento". Así considera el propio Rodolfo la manera en que fue tratado tras la aparición de la mochila. "Yo leía prensa y veía algunas informaciones y no daba crédito, pensaba que era imposible, que no podía ser", afirma, señalando a Pedro J. Ramírez y Federico Jiménez Losantos como los periodistas que más se cebaron con él. "Sobre todo Jiménez Losantos, porque llegó a decir que había colaborado con la masacre criminal, que había llenado de pruebas falsas el sumario del 11M", recuerda.

"Se me acusó de muchas cosas: que estaba al servicio del PSOE, que había recibido órdenes del señor Zapatero, que había recibido órdenes políticas... y eso es falso, rotundamente mentira, si yo no era político ni tenía ninguna adscripción política", afirma rotundamente Rodolfo Ruiz. ¿El motivo de las acusaciones? "Desconozco el por qué, pero creo que para ellos el fin justifica los medios".

El nombramiento de Ruiz como jefe de brigada de información de Madrid fue aprovechado por sus detractores para señalarle como un premio a su 'oscura' labor en el 11M: "El aumento no llegó ni a 20.000 pesetas, unos 100 euros, al mes". "Ese es el ascenso", reconoce resignado.

Tiempo más tarde, tuvo un amargo encuentro, pese a su total rechazo a las personas que habían afectado gravemente a su vida personal: "Fui al aeropuerto de Barajas a esperar a un familiar y me encontré a Pedro J. Ramírez, que salía de una sala".

"Le estuve siguiendo -reconoce-, pero ya lo dejé, no merecía la pena". Unos instintos que "surgieron varias veces": "Era inconcebible que se estuvieran cebando conmigo, yo no había hecho nada, nada, nada, pero no sólo contra ellos, sino contra el resto". "No entendía que no les importara absolutamente nada el padecimiento y sufrimiento que estaba sufriendo una familia", critica aún con la frustración en su boca.

Al final, el tiempo ha curado algunas heridas, aunque otras aún quedan abiertas: "Me he encontrado muy mal, he estado en un pozo metido". "Afortunadamente he salido con la ayuda de mi familia y de mis amigos más próximos y ahora me encuentro muy bien, pero lo que me han hecho nunca lo voy a olvidar y por supuesto no lo voy a perdonar", sentencia Rodolfo.