En la primera sesión del juicio que se celebra en la Audiencia de Las Palmas, Miguel, que se enfrenta a una solicitud de condena de 14 años de prisión, ha declarado al tribunal que los hechos ocurrieron en la casa de su madre, con la que él vivía al igual que su hijo, y que esa tarde, el fallecido estaba "muy agresivo" y quería que su abuela le diera dinero.

El procesado ha indicado que su hijo tenía problemas con las drogas y consumía cocaína, hachís y ansiolíticos, y que él solo quería asustarlo para que se marchara y dejara de pedir dinero a su abuela, a la que sabía que robaba.

Asimismo, ha señalado que durante la pelea el fallecido amenazó con matarle y le llegó a decir "si quieres picarme, pica, no me voy a marchar", "estaba como loco". También ha relatado que su hijo, en el transcurso de la riña, le tiró al suelo dos veces y que él cogió la navaja al ver que había empujado a su madre.

El acusado, a preguntas de la fiscal, ha dicho que en aquellos momentos era alcohólico, que está arrepentido de lo que hizo y que desconoce el motivo por el que no se marchó ese día de la casa para evitar lo ocurrido, que su abogado entiende que fue una legítima defensa, por lo que inicialmente ha solicitado su absolución.