Los abogados de Jordi Sánchez y Jordi Cuixart han ido a vistarles tras su primera noche juntos en prisión. "Con todo lo que supone pasar una noche en prisión, están tranquilos y serenos", ha explicado Jordi Pina a su salida del centro penitenciario.

Llevan horas recluidos desde que un furgón de la Guardia Civil los llevase a la cárcel de Soto del Real. Allí ordenó su ingreso la jueza al percibir delito de sedición por su participación en una protesta por la independencia de Cataluña. En el auto, la magistrada les acusa de organizar y liderar movilizaciones masivas con un único objetivo: impedir llevar a cabo actuaciones policiales y judiciales dictadas por un juez.

"Fue una concentración comunicada y conseguimos que no hubiese violencia", ha defendido en Al Rojo Vivo Enric Blanes, secretario nacional de ANC. El propio auto de prisión reconoce que los líderes soberanistas hicieron llamamientos a que la concentración fuese pacífica.

Sin embargo, les acusa de no evitar las coacciones a los funcionarios, que acabaron saliendo por el tejado, y de no hacer esos mismos llamamientos para impedir que los coches de la guardia civil fueran destrozados. "¿Se merece estar encerrado por subirse a un coche de la Guardia Civil?", ha planetado en ARV Marcel Mauri, portavoz de Òmnium Cultural.

La medida excepcional de prisión preventiva para ambos es motivo de polémica para los juristas. Algunos, como Marcelino Sesmero, miembro de la Asociación Francisco de Vitoria, cree que "está bien argumentado, no sólo en la gravedad del delito, sino también en la posibilidad de reiterar conductas similares a las que ya se produjeron".

Otros, como Joaquim Bosch, magistrado y portavoz territorial de Jueces para la Democracia, no comparten esta premisa: "Estamos en un clima peligroso porque, a falta de diálogo político, que sería la solución de fondo para el problema, se va a una solición policial-judicial que está agravando el conflicto". Los abogados ya han anunciado que recurrirán la prisión.