El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, se ha convertido en el blanco de las críticas del Gobierno de Estados Unidos tras llamar a su embajador, Philip Goldberg, "homesexual" e "hijo de puta".

"Como sabe, no tengo buenas relaciones con el embajador de Estados Unidos. Su embajador homosexual e hijo de puta. Me jode", dijo el presidente filipino en la televisión en tagalo, un dialecto del país.

Duterte es conocido por su lenguaje soez. Ya hizo alarde el mismo en su campaña para ser elegido presidente. En ella, los insultos a sus adversarios se volvieron constantes, incluso llegó a calificar al Papa de "hijo de puta", por provocar un atasco en Manila en una de sus visitas.

Además, cuando Duterte aún era alcalde de Dávao se mofo de la violación y asesinato de una misionera australiana. Debido a ello, Goldberg comentó a los medios estadounidenses que no aprobaba el comportamiento del ahora presidente de Filipinas.

El embajador estadounidense comenzó a arremeter contra el presidente filipino pos sus "comentarios que degradan a las mujeres y trivializa los abusos sexuales". Ante ello, Duterte llegó incluso a amenazar con romper las relaciones entre Washington y Manila.

Sobre sus declaraciones, el presidente de Filipinas ha explicado que está molesto con Goldberg. "Se entrometía durante las elecciones, dando declaraciones sobre mí aquí y allá. No tenía que hacer eso", ha relatado.

Por su parte el Gobierno de Estados Unidos ha expresado a través de la portavoz del Departamento de Estado, Elizabeth Trudeau, que quieren "entender las razones por las que se hicieron las declaraciones de Duterte".

Por ello, Trudeau ha confirmado que se ha convocado al jefe adjunto de la misión consular de Filipinas en EEUU, Patrick Chuasoto, con el objetivo de aclarar los comentarios del presidente.