"Desde el momento que lancé la botella, supe el grave error que cometí. Pero también vi cómo Neymar nos insultó y nos provocó a todos los aficionados del Valencia que habíamos estado gritando por nuestro equipo hasta el último suspiro. Una botella, que a pesar de estar prácticamente vacía, bastó para que no sólo uno, sino hasta cinco jugadores, fingieran el contacto. Pero bueno, lo que más mal me sabe es que yo amo al Valencia por delante de todo lo demás y sé que en este acto no se representa a la gran afición del Valencia, ni mucho menos nuestros valores. Para finalizar, pido perdón al Barcelona y, sobre todo, al equipo de mi vida".