"Ya descubrimos
hace un tiempo que había estrellas cefeidas (pulsantes) en el corazón central
de nuestra Vía Láctea, en una región de unos 150 años luz de radio. Ahora
encontramos que fuera de esta hay un extenso desierto de cefeidas que se
extiende hasta 8.000 años luz desde el centro", explica el profesor de la
Universidad de Tokio y director del equipo de astrónomos, Noriyuki Matsunaga.
La investigación,
publicada en el Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, revela que
esta zona de la galaxia se encuentra huérfana de estrellas jóvenes. La Vía
Láctea es una galaxia en espiral que contiene miles de millones de estrellas
con nuestro Sol a 26.000 años luz de su centro.
Medir la distribución de
las estrellas es crucial para entender cómo se formó y evolucionó la Galaxia. Las
estrellas pulsantes, llamadas cefeidas, son perfectas para realizar este
estudio al tratarse de astros mucho más jóvenes que el Sol, entre 10 y 300
millones de años, y al pulsar en un ciclo regular.
La longitud de este
ciclo está relacionada con la luminosidad de la cefeida, por lo que si los
astrónomos las monitorizan, pueden establecer cuán brillante es la estrella
realmente, compararlo con lo que se ve desde la Tierra y calcular su distancia.
No obstante, encontrar
cefeidas en el interior de la Vía Láctea es difícil, según apuntan los
astrónomos, pues la Galaxia está repleta de polvo interestelar que bloquea la
luz y las oculta. El equipo del profesor Matsunaga ha compensado esta
dificultad con un análisis de las observaciones a través de un telescopio
japonés y sudafricano ubicado en Sutherland, Sudáfrica.
Para su sorpresa, los
astrónomos apenas descubrieron cefeidas en una amplia región que abarca miles
de años luz desde el centro de la Galaxia. Este descubrimiento pone de
manifiesto que una gran parte de la Galaxia, denominada Disco Extremo Interno
no alberga estrellas jóvenes.
El coautor de la
investigación Michael Feast apunta que sus conclusiones son contrarias a otros
estudios recientes pero están en línea con el trabajo de los radioastrónomos
que "no ven nacer nuevas estrellas en este desierto". "Los
resultados indican que no ha habido una formación de estrellas significativa en
esta extensa región durante cientos de millones de años. El movimiento y la
composición química de las nuevas cefeidas nos ayudan a comprender mejor la
formación y evolución de la Vía Láctea", apunta otro de los autores,
Giuseppe Bono.