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EL IKEA DE LAS IMPRESORAS 3D

Receta para construir tu impresora 3D

Usar impresoras 3D para fabricar componentes de otras impresoras 3D, compartir esas 'recetas' con la comunidad y así llegar a más gente. Te presentamos la filosofía maker.

Impresora 3D modelo Mendel

Impresora 3D modelo Mendel RepRap

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No te costará nada encontrar manuales. Los tienes en este artículo. Tampoco será difícil hallar las piezas. Puedes comprarlas por internet. Lo más complicado es la actitud. La dinámica consumista nos acostumbró a comprar en vez de construir, reutilizar o reciclar. Pero la herencia de tantos siglos de tradición artesana no se iba a dejar arrinconar tan fácilmente y resurgió en un movimiento mundial al que llamaron Maker.

Aunque en la actualidad se perciba como una modernez, ni es tan reciente (surgió en los primeros años de este siglo), ni es una novedad histórica. La filosofía maker es tan antigua como la existencia misma. El Do It Yourself (DIY) o Hazlo tú mismo es una nueva forma de decir lo que los humanos han hecho a lo largo de la historia para sobrevivir: buscarse la vida.

Pero el presente sí ofrece algo nuevo: unas máquinas capaces de construir objetos a partir de un diseño creado en un ordenador. Algo así como una pequeña fábrica a medida dentro de casa. Ya hay marcas comerciales que venden estas impresoras 3D pero los makers se las hacen ellos mismos.

Hay varias comunidades open source que comparten su información en la Red para que cualquier individuo construya su máquina. “RepRap es una de ellas. Clone Wars ha traducido toda la información de sus tutoriales al español. Va mostrando todo en textos, imágenes y vídeos”, explica el experto en impresión 3D Juan Manuel Amuedo. “Lo presentan a modo de receta. Describen el modelo de impresora que puedes componer, indican el archivo del diseño de la máquina y detallan los componentes, a los que nosotros los llamamos vitaminas. En ocasiones dan también un precio orientativo de cada pieza”.

Construir una Clone Wars requiere pedir ayuda a la familia de impresoras. No es un proyecto comercial. Es una iniciativa de código abierto que inició Juan González en España, aprovechando la evolución del proyecto RepRap, para que las impresoras pudieran replicarse a sí mismas y que ellas fuesen fabricando piezas para los nuevos dispositivos. La web de Clone Wars incluye por ello un ‘Banco de donaciones’ donde los usuarios pueden pedir, intercambiar o comprar las piezas que otra impresora puede producir.

La más replicada es la Prusa Iteración 2, según Amuedo. Aunque esto no significa que todas tengan que ser iguales ni se les dé la misma función. “Estas máquinas tienen un carácter abierto. En las instrucciones de fabricación te indican unos componentes pero, después, puedes cambiar los elementos y utilizar, por ejemplo, una jeringuilla esterilizada y echar chocolate para hacer repostería”.

En total, una impresora de este tipo cuesta entre 350 y 450 euros, de acuerdo con Amuedo. Para imprimir objetos utiliza un material llamado termoplástico. “Hay varios tipos. Unos se biodegradan antes que otros, pero lo interesante es que pueden reutilizarse para construir nuevos productos a partir de objetos impresos inservibles”. Este material es como un hilo muy gordo, enrollado en una madeja, que va tomando la impresora para fundirlo y convertirlo en un objeto. La orden de cómo será esa figura procede de un diseño que se ha realizado previamente en el ordenador.

Las impresoras DIY están creciendo a pasos de gigante. Tanto en el número de personas que las construyen como en el perfeccionamiento de la técnica. “Estas comunidades nacieron en el mundo científico y, por eso, pretenden que volvamos a compartir la información”, indica Amuedo. “Lo importante de estas comunidades es que se basan en conocimiento liberado. Esto supone que un individuo colabora un poco y disfruta mucho, porque tiene a su alcance todo el trabajo y la investigación de miles de personas. Nuestro lema es ‘Riqueza sin dinero”.

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