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POSIBLE FALLO DE INTERPRETACIÓN

Algunos altavoces inteligentes de Amazon se ríen solos sin haber sido activados

Ya lo cantaban Alaska y los Pegamoides con aquella mítica canción “La rebelión de los electrodomésticos” en la que los cacharros de la casa se ponían en contra de sus dueños. Algo parecido ha pasado con los altavoces Alexa de Amazon, pero más divertido.

Alexa

Alexa pxhere

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Los altavoces inteligentes Alexa de Amazon son, al igual que los Google Home, unos dispositivos que se colocan en las casas y que sirven, teóricamente, como asistente personal para pedir productos, guardar citas o buscar información únicamente hablándolo desde la distancia.

Sin embargo, estos días hay cierto revuelo en las redes sociales porque bastantes de esos dispositivos de Amazon han empezado a reírse delante de sus propios dueños, incluso cuando estos nos los habían activado. El ejemplo más claro, en este tuit:

La compañía no ha desmentido que no exista un problema real y, de hecho, ha comunicado que está investigando lo que está ocurriendo, ya que no es un problema que haya afectado solo a un dispositivo, sino a un número bastante elevado.

Las primeras hipótesis a las que apunta Amazon es que Alexa escuche, de manera equivocada, la orden "Alexa, laughs" (Alexa, ríete), y, por tanto, el dispositivo obedezca y se ría. Por eso están trabajando, según dicen, en cambiar el comando a algo un poco más complejo como "Alexa, can you laugh?" (Alexa, ¿puedes reírte?).

Aún así si alguien, algún ciberdelincuente, ha conseguido entrar en ellos y colocar ahí esas risas, la brecha de seguridad de estos dispositivos empezaría a plantear muchas dudas, toda vez que, desde ellos, se pueden hacer compras y, por tanto, tienen asignados números de cuenta y de tarjetas bancarias.

No obstante, esta polémica no es la primera que han vivido este tipo de dispositivos. Con la salida al mercado de Google Home Mini, el hermano pequeño del Google Home, se produjo un gran fallo de seguridad que provocó que el gadget grabara miles de horas de conversaciones de todos sus propietarios sin tener el permiso de estos.

Y es que los algoritmos de estos productos están diseñados para ir aprendiendo a ser más intuitivos con el paso del tiempo pero, como se está demostrando, a veces se pueden reír en tu cara y quedarse tan a gusto. Ya lo decía Alaska…

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