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LA FASCINACIÓN POR LA BOTÁNICA

Las plantas resuelven problemas y aprenden de experiencias pasadas

El nuevo libro 'Cabaret of Plants: Forty Thousand Years Of Plant Life and the Human Imagination', del autor británico Richard Mabey, es un alegato a lo fascinantes que son las plantas en general, y algunas en particular.

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Árboles Agencias

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Según un estudio del Real Jardín Botánico de Kew (Reino Unido), en la Tierra ya hemos censado 390.900 especies de plantas, si bien el 21% de estas plantas están en peligro de extinción.

La biodiversidad vegetal, pues, es asombrosa, y también susceptible de ser conservada, tal y como sucede en el reino animal. Además, muchas plantas hacen cosas que no pueden hacer los animales. Por ejemplo, pueden regenerarse cuando el 90 por ciento de su cuerpo ha sido consumido. Pueden tener relaciones sexuales a grandes distancias y comunicarse con aproximadamente 20 sentidos más de los que tiene un animal. E incluso algunas plantas pueden recordar y aprender de sus experiencias.

Porque las plantas también son, en cierto modo, inteligentes

Inteligencia vegetal

Lo que sugiere la nueva botánica es que las plantas son sensibles y resuelven problemas, si bien eluden la necesidad de autoconciencia y actividad cerebral que asumimos que es necesaria para la inteligencia. Lo que señalan algunos estudios es que las plantas, por medios que todavía no comprendemos del todo, son capaces de comportarse como seres dotados de inteligencia. Son capaces de almacenar y aprender de recuerdos de lo que les sucede.

Un ejemplo paradigmático es un estudio de Monica Gagliano con la mimosa pudica, también conocida como la "planta sensible". En él se señalaba que, en comparación, las abejas solo pueden retener recuerdos de lugares para encontrar miel durante tres días. Pero las plantas de mimosa parecían ser capaces de "recordar" la diferencia entre una amenaza aparente y real, y conservaron esta discriminación en su memoria.

También Gagliano realizó un estudio en el que sugería que hay plantas que captan el sonido (o más bien la vibración) para encontrar agua. Concretamente, la planta común de guisantes (Pisum sativum) parece capaz de percibir las vibraciones sonoras del agua corriente que se mueve a través de las tuberías o en el suelo (aunque solo es una conjetura y no deberíamos extraer conclusiones precipitadas).

Comunicación

Todos conocemos la World Wide Web. Pero menos conocida es la " Wood Wide Web". Se sabe desde hace tiempo que los árboles de un bosque están conectados por hongos micorrízicos arbusculares. Esto significa los hongos viven simbióticamente con las raíces de los árboles forestales. Los árboles del bosque no pueden crecer sin ellos porque no tienen suficiente acceso a los minerales en el suelo, y los hongos no pueden crecer sin los árboles porque no tienen clorofila y por lo tanto no pueden producir azúcares.

Lo que ahora se empieza a descubrir es que los hongos micorrízicos no rodean a un solo árbol. Mediante el uso de oligoelementos radiactivos, los investigadores pudieron demostrar que los hongos transmitían nutrientes entre diferentes especies de árboles en un área extensa. Los árboles que no eran tan eficientes en el invierno, como los álamos temblones (Populus tremuloides), recibían alimentos fabricados por las coníferas, que lo hacen mucho mejor en invierno, y viceversa. Es decir, que el hongo realmente está ayudando a distribuir comida entre los árboles del bosque para que todos se beneficien en el momento oportuno.

También se envían información relativa a las amenazas de los depredadores. Si un árbol es atacado por insectos, por ejemplo, los productos químicos feromónicos se distribuyen a través de las fibras de micorrizas debajo del suelo, y los árboles los usan para avisar a otros árboles de que un ataque de insectos es inminente y que deben prepararse produciendo más taninos en sus hojas.

Muchas especies de árboles pueden vivir entre 500 y 1.000 años e incluso hasta 5.000 años. Sin embargo, a pesar sus asombrosas habilidades, en el neolítico no se adoraban a los árboles ni se tenían imágenes de ellos. Fueron los animales los que fascinaron a la humanidad. Tal vez porque los árboles son tan fascinantemente extraños y distintos a nosotros que solo ahora, gracias al escrutinio científico, empezamos a captar su belleza.

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