El 20 de noviembre de 2011 los ministros de Interior y Presidencia anuncian quien ha ganado las elecciones. Rajoy será presidente. Hasta aquí lo esperado. La sorpresa llega al anunciar que el peor resultado del Partido Socialista desde la muerte de Franco. Peor incluso que el de Joaquín Almunia en los tiempos de mayoría absoluta de Aznar.

Más que una amplia derrota, es el colofón del desastre socialista. En esas elecciones cuatro millones de votantes abandonan al PSOE. Pierden un tercio de sus diputados y la mitad de sus senadores ¿A qué se debe semejante debacle? ¿Es culpa de la crisis? ¿De Rubalcaba? ¿Falta de ideas?   Retrocedemos 13 años para buscar la respuesta.

Año 2000, Congreso del Partido Socialista para elegir Secretario General. El favorito es José Bono. Sus ideas moderadas le hacen el candidato ideal para robar votos a la derecha, pero acaba ganando el desconocido diputado por León, José Luis Rodríguez Zapatero. Comienza la ‘oposición del talante’.

Las amistades bélicas de Aznar y la mala gestión de su Gobierno tras los atentados del 11 de marzo de 2004 provocan un rechazo ciudadano y un vuelco electoral sin precedentes. La presidencia de Zapatero comienza con un mandato ciudadano y Zapatero cumple. Su primera decisión es retirar las tropas de Irak.

A partir de aquí, Zapatero inicia reformas importantes. Sube el salario mínimo y las pensiones, nace el cheque bebé, libera a la televisión pública del control político total, crea la ley de la dependencia, las regularizaciones de inmigrantes, la ley de la memoria histórica, la reforma del aborto, la matrimonio homosexual y es el presidente del inicio del fin de ETA.

“Hice un gran esfuerzo de extensión de las políticas sociales, las pensiones mínimas aumentaron su capacidad adquisitiva como nunca en el periodo de nuestro Gobierno al igual que las becas. Puse en marcha la ley de la dependencia y subí el salario mínimo interprofesional en un porcentaje que ningún Gobierno había subido tanto”, recuerda el expresidente en su entrevista con laSexta columna.

Marina Albiol, miembro del Comité Ejecutivo del Partido de Comunista reconoce que las legislaturas de Zapatero trajeron avances en materia de derechos civiles pero “en cuanto a política económica fue una claudicación total a los intereses de los poderosos”.

En este sentido, Mónica Oltra, diputada de Compromis en las Cortes Valencianas destaca que “cuando Zapatero nombra a Solbes ministro de Economia, estaba diciendo cuál era su intención y su camino y desde luego no es el camino alternativo al neoliberalismo”.

Su compañero de partido y secretario general del grupo parlamentario socialista, Eduardo Madina destaca los avances para la izquierda que supuso el Gobierno de Zapatero: “Yo tendría cuidado en diferenciar esa etapa –la de Zapatero- como una anécdota de la historia. Se ensayaron algunos de los principios teóricos más elevados que el pensamiento de izquierda de Gobierno tiene en toda Europa y tiene en puestro país".

Pero entonces llega algo difícil de definir para Zapatero: la crisis. En 2008 el paro crece en un millón de personas. En 2009 hay otro millón más. Ni el Plan E, ni una reforma laboral que abarata el despido consiguen pararlo.

Así que en 2010 suena el teléfono de Moncloa. Llama Bruselas y llama Berlín, los dos piden lo mismo: recortes. Zapatero, para salvar a España del rescate, les hace caso. En 120 segundos deshace muchos de sus logros sociales.

“Esas medidas fueron de gran impacto político porque fue poner fin a los compromisos en materia de política social que había dicho a los ciudadanos. Había cumplido muchos, pero ahí se acabó”, asegura Zapatero.

“Todo el mundo esperaba que Zapatero se plantara y dijera que por ahí no iba a pasar”, asegura la diputada de Compromis  Mónica Oltra, para quien la derrota electoral posterior del PSOE se debió a esta 2rendición" del entonces presidente.

Zapatero defiende que entendió entonces que “si no hubiera tomado esa decisión hubiéramos tenido riesgos de vernos en situaciones comprometidas para el Tesoro Público”. “Todas las medidas que adopté, por su alcance y naturaleza, son recuperables”, afirma el expresidente.