Si bien actualmente se investiga si son constitutivas de delito de odio las acciones racistas de un grupo de aficionados del PSV, que humillaron a un grupo de mendigas en la Plaza Mayor de Madrid, sus gestos sí han originado una oleada de indignación entre diversas entidades deportivas, organizaciones sociales y ciudadanos, que condenan el suceso y piden medidas judiciales.
Las reacciones políticas tampoco se han hecho esperar. Jorge Fernández Díaz, ministro de Interior en funciones, se ha mostrado partidario de identificar a las personas implicadas en el suceso y de efectuar las medidas correspondientes a unas conductas que ha calificado de "indignas".
"Es impropio de una persona un acto de esas características. He visto las imágenes, mejor, he visto las fotografías y me parecen humillantes, lamentables y me han producido un rechazo instintivo", ha asegurado Fernández Díaz.
Muy expresiva ha sido también la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, que ha asegurado que se quedó muy "avergonzada" cuando vio las imágenes, las cuales ha tachado de "terribles". No obstante, dice dejar para el fiscal y los tribunales calificar si los hechos constituyen un posible delito.
En este línea ha expuesto su repulsa al acto la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes. También ha asegurado sentirse "avergonzada", pero ha hecho especial hincapié en la "sorprendente pasividad" de aquellos que vieron un "espectáculo lamentable" sin llegar a impedirlo.
La Fundación Secretariado Gitano, la Fundación Rais y SOS Racismo han sido de las primeras organizaciones en movilizarse para protestar por el comportamiento de los aficionados del PSV y han demandado medidas judiciales para evitar tales situaciones tanto dentro como fuera del escenario.
También, Movimiento contra la Intolerancia ha reclamado la intervención de la Fiscalía de Delitos de Odio y ha pedido que investigue las grabaciones y testimonios disponibles para ejercer la acusación, en colaboración con la Embajada de Holanda.
Pero la condena de los hechos no sólo se ha efectuado en España. Desde la embajada holandesa en nuestro país han lamentado profundamente la actitud de los aficionados del club; unos actos que rechazan "tajantemente".
El propio PSV, en palabras de su director, ha ido más lejos y, además de desvincular al club holandés del suceso, ha anunciado que tomará "medidas apropiadas" contra los implicados. Asimismo, algunos de los aficionados que viajaron a España para ver el partido contra el Atlético también se han desvinculado del suceso, argumentando que sólo fue "un pequeño grupo" el que ocasió esos actos racistas.