Un test de españolidad puede ser motivo para que muchos habitantes extranjeros acaben perdiendo la nacionalidad española. Esto le ha ocurrido a una mujer dominicana que trabaja en España desde el 2005, y que habla perfectamente el castellano. Pero a la hora de ser preguntada por el ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, la mujer no supo responder de manera correcta.
No consiguió aprobar ninguno de los dos exámenes de integración que se realizan para demostrar que la persona interesada conoce los aspectos básicos y elementales de la cultura y de la realidad de España. Este suspenso supone que la habitante dominicana denota un deficiente grado de integración en la sociedad española según comunica la Sala de lo Contencioso de la Audiencia Nacional.
La aspirante, ha estado empadronada en los municipios de Almería, El Ejido y Barcelona. En estas tres ciudades, ha acreditado hasta 2011 un total de 1.563 días de alta en el sistema de la Seguridad Social. Conocía por ejemplo el nombre del Rey de España y el del presidente del Gobierno, pero no supo responder correctamente a cómo se llama la Reina ni cuáles eran los colores de la bandera española.
La defensa de la ciudadana de la República Dominicana argumentó en su recurso que su cliente conoce la lengua española, que está plenamente integrada en el estilo de vida y cultura españoles, y que dudaba mucho de que la ignorancia respecto de algunas preguntas que se le formularon en los exámenes de integración en el Registro Civil pueda ser causa suficiente para denegar la nacionalidad.
El caso de esta ciudadana dominicana puede equipararse al de Magou Ndoye, un senegalés que vive desde hace 15 años con su familia en Almería, donde trabaja como vendedor ambulante. Magou asegura que el Ministerio de Justicia le ha denegado la nacionalidad española porque al responder al mismo examen no supo decir el nombre de la mujer del entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
Tras denegarle la nacionalidad, Magou Ndoye acudió al abogado Marcelo Quílez, quien ha presentado un recurso que la Audiencia Nacional ha admitido a trámite. El abogado expuso que su defendido está plenamente integrado en la sociedad y que el examen que tuvo que superar carecía de toda lógica, pues sus preguntas eran arbitrarias.