Ni ‘12345’, ni su fecha de nacimiento, ni ‘MiperroToby’, ni el nombre de su mascota. Ninguna de estas fórmulas son seguras para establecer contraseñas en su ordenador y menos ahora.

Un fallo informático podría poner en riesgo nuestras contraseñas y datos. Algunos se atreven a dar pistas sobre su contraseña, como un hombre que asegura que la suya es el nombre de su perro, seguida de un código numérico.

“Cacahuete”, el nombre de una revista o el nombre de su hija son otros ejemplos que José Yelamo descubre paseando por el centro de Madrid.