Allison y su madre desaparecieron sin dejar rastro el 14 de julio. Desde entonces, sus móviles permanecen apagados y no han sacado dinero de sus cuentas bancarias.
"Hasta dónde nosotros sabemos, esta mujer ha desaparecido. Como se ha dicho, ha desaparecido totalmente en Perpignan", decia por entonces Luc-André Lenormand, fiscal adjunto de Perpignan.
El padre y marido, Francisco Benitez, un legionario español afincado en Francia, denunció horas después la desaparición. "Será muy difícil para él vivir todos los acontecimientos. Ha sufrido un gran martirio. He podido charlar con él y no paraba de temblar y llorar. Para él va a ser muy duro", explicaba Pauline Lallemert, periodista de 'Paris Match'.
El cinco de agosto, el legionario apareció ahorcado en los baños de su cuartel, con un velo negro cubriendole la cabeza. Horas antes telefoneó a su amante y poco después, las televisiones francesas difundían un video suyo defendiendo su inocencia: "La gente que me conoce realmente sabe perfectamente que Alisson es mi vida".
Su muerte dejó un gran misterio, muchas incógnitas y tres desapariciones sin resolver: la de una antigua amante en 2004, de la que nunca más se supo, la de su mujer y la de su hija.
"Hay muchas cosas que me pasan por la cabeza, me intento mantener, es muy duro y estoy al límite de estallar", decía Benítez en el video difundido por las televisiones francesas.
Ahora, la pista criminal contra este legionario español se ha afianzado. La Policía ha encontrado restos de ADN de las dos mujeres en su congelador y en una lavadora del cuartel en Perpignan, donde trabajaba el legionario.
El suicidio de Benítez podría entenderse como una admisión de culpabilidad o como un acto de un hombre desesperado. Tras el hallazgo de estas pruebas, la Policía ha encontrado una explicación a las tres desapariciones. El legionario llevaba una doble vida que ha acabado en tragedia.