Milo y Jennifer Sutcliffe, una pareja de Texas estaban trabajando en su jardín cuando se cruzaron con una serpiente cascabel de más de un metro.

El hombre de 40 años, atacó a la serpiente con una pala y le cortó la cabeza. Cuando trató de deshacerse de los restos, la cabeza de la serpiente venenosa 'resucitó' y le mordió en la mano.

Tras la mordida sufrió convulsiones, perdió la visión y comenzó a sangrar. Fue trasladado al hospital de inmediato.

Los médicos ante la gravedad del asunto se vieron obligados a inyectarle 26 dosis de antídoto cuando lo habitual es aplicar entre dos y cuatro.

En un principio se pensaron que el hombre no podría sobrevivir pero después de cuatro días en coma inducido despertó. Ahora se encuentra estable.