Las principales reivindicaciones de la marcha, tal como se explicó la semana pasada en conferencia de prensa, son el acercamiento de los presos a cárceles próximas del País Vasco y la libertad condicional de los internos que se encuentren al término de sus penas.
Al frente de la marcha estuvo el nuevo alcalde de Bayona, Jean-René Etchegaray, de la centrista Unión de Demócratas e Independientes, quien señaló que el alejamiento de los presos vascos "no es legal en los países donde se respetan los derechos humanos". Abogado de formación, el primer edil de la ciudad consideró que Francia ha reintroducido en el país "un tratamiento político de las penas de cárcel" que, en su opinión, "es inadmisible".
Etchegaray, que accedió al cargo en las municipales del pasado marzo, invitó al Gobierno francés a desencadenar el proceso de resolución conforme a la hoja de ruta marcada en octubre de 2011 en la conferencia internacional de Aiete.
Otra de las participantes, la diputada socialista Colette Capdevielle, destacó que la situación de los presos vascos debería "normalizarse" porque en estos momentos, a su juicio, "no es legal". Por su parte, una portavoz del colectivo convocante, Isabelle Pargade, dijo al finalizar la manifestación que es consciente "del peso de todo el sufrimiento de una y otra parte del conflicto" e hizo un llamamiento "solemne" al Ejecutivo francés para que se preste al diálogo.