No es funcionaria del Estado, no ha fallecido ni ha sido herida en acto de servicio, ni siquiera es una persona física. Pero goza del mayor reconocimiento policial que existe.

Según Cosidó, condecorar a la Virgen del Amor era poco menos que inevitable. Pero es que la ley no contempla las distinciones al imaginario religioso, por mucho que se le atribuyan valores propios de los Cuerpos de Seguridad.

La asociación 'Europa Laica' está decidida a tumbar en los tribunales la decisión. Recuerdan que la Virgen del Amor no cumple ninguno de los requisitos necesarios.

De momento, el próximo 11 de junio un juez podrá quitarle a la Virgen lo que el Ministro y el Director de la Policía le han dado. Una condecoración que ni siquiera consiguen muchos policías que dedican su vida al servicio de los ciudadanos.