Katherina caminaba por la calle Atocha de Madrid, cuando de repente recibió un golpe de un antidisturbios en la cara. Un reportero freelance lo vió, sacó su camara y empezó a hacer fotos. Fue en ese momento cuando cuenta que los policias también le golpearon.
Casi tres años después, el jefe de esta unidad de antidisturbios de la Policía Nacional iba a ser juzgado por un delito de faltas. Según el abogado de Katherina, el policía, que tiene rango de subinspector, no ha recibido ningun tipo de sanción en todo este tiempo, y desde asuntos internos se intentó acusar de los golpes a una agente que ni siquiera estaba la noche del 18 de agosto de 2011 cerca del lugar de los hechos.
De haber sido juzgado, el jefe de la unidad de antidisturbios únicamente podría haber sido multado, ya que la juez habia decidido acusarle de una falta, y no por abuso de poder ni torturas y lesiones como reclamaban desde la acusación. Al llegar el juicio, el abogado que defendia al policía ha solicitado que no se llevará a cabo porque había prescrito y la juez lo ha aceptado. Estos golpes nunca recibirán castigo.