Los 44 estudiantes acusados de ocupar la Conselleria de Educación el 22 de mayo de 2012 para protestar contra los recortes del Govern en materia educativa, han asegurado durante el juicio que accedieron de forma "pacífica y no violenta", aseverando que ningún funcionario les impidió el paso y que incluso el personal de este departamento "les animaba y aplaudía".

Así lo han puesto de manifiesto durante una vista oral en la que se han vivido momentos de tensión -una de las acusadas se ha desmayado mientras declaraba- y se han desplegado fuertes medidas de seguridad.

Los inculpados han estado respaldados por los más de 200 manifestantes que se han congregado a las afueras de los Juzgados de Vía Alemania de Palma con tambores y a gritos de "Jo també hi hauria entrat" ("Yo también habría entrado").

En concreto, la Fiscalía, solicita para siete de los inculpados un año y medio de prisión, y seis meses para el resto. El Ministerio Público atribuye a todos los acusados un delito de desórdenes públicos mientras que a los siete para quienes pide una pena mayor les acusa además de un delito de lesiones. La titular del Juzgado de lo Penal número 1, encargada de juzgarles, reanudará el juicio este jueves a las 9.30 horas.

Durante la vista oral, los estudiantes, ataviados con camisetas verdes que se han convertido en símbolo de protesta contra la política lingüística y educativa del Ejecutivo presidido por José Ramón Bauzá, se han ratificado en las declaraciones que prestaron durante la instrucción de la causa, en las que defendieron que en ningún momento llevaron a cabo acto violento alguno y velaron durante la protesta que la misma se desarrollase con normalidad.

De hecho, el primero de los acusados que ha declarado ante la magistrada encargada de juzgarles, ha señalado a preguntas de su abogado -la mayoría se ha negado a responder a la Fiscalía y a la acusación particular-, que el acto tuvo lugar en un marco de protestas a nivel nacional "para reivindicar el derecho a una educación pública, libre, universal y de calidad, y en contra de la no admisión de la lengua catalana en las aulas".

Tal y como ha explicado, una vez dentro de la Conselleria los funcionarios "nos aplaudieron y nos animaron a que continuáramos con la protesta". "En ningún momento ningún funcionario nos impidió el paso, no había medidas de seguridad. Todo lo contrario", ha relatado el estudiante, quien ha recordado que también repartieron octavillas con sus reivindicaciones.

La Fiscalía relata, sin embargo, que los estudiantes, junto al menos seis menores de edad, se congregaron ante la Conselleria tras ser convocados por la Asamblea de la Universitat de les Illes Balears (UIB) y "sin que nadie hubiese comunicado a la autoridad gubernativa la existencia de dicha convocatoria", tras lo cual accedieron, según el escrito, a la terraza del edificio para colgar una pancarta que rezaba 'Educació retallada, Conselleria ocupada'.

Posteriormente, relata la Fiscalía, los acusados, la mayoría de los cuales defendidos en la causa por el abogado Josep de Luis, entraron a las dependencias de la Conselleria, a los departamentos de nóminas, informática, servicio de educación primaria y secundaria, archivo e incompatibilidades, para después subir hasta la cuarta planta del edificio donde se hallaba el despacho del entonces conseller, Rafael Bosch.

Durante la instrucción, una de las acusadas aseguró que los propios funcionarios "nos animaban a subir a la cuarta planta". "Entramos en el despacho del conseller, yo sabía que lo era, y tras ello algunos funcionarios nos impidieron salir, estando uno de ellos delante de la puerta" con ese fin, recalcó.

Por su parte, otra imputada recalcó que cuando accedieron al despacho había dos personas, "un chico y una señora que empezaron a empujarnos", en alusión a Ana María Rodríguez, jefa de gabinete de Boch. De pronto, apuntó, "vi cómo se caía [la mujer] sin que nadie la empujara y cuando se levantó empezó a dar manotazos con rabia", ante lo cual "empezamos a decir el no a la violencia". De hecho, la inculpada relató que, después de que algunos estudiantes la ayudaran a levantarse, "se dirigió a un alumno y le pegó una colleja".

Se da la circunstancia de que uno de los estudiantes llegó a interponer una denuncia contra la jefa de gabinete de Boch a raíz del golpe en la cabeza que supuestamente le propinó durante el acto de protesta. En su denuncia, el afectado aseveraba que las tres personas que en ese momento se encontraban en la Conselleria, entre ellas la denunciada, querían encerrarle a él y a sus compañeros, tras lo cual "hubo una serie de empujones para intentar salir y esas tres personas no lo permitían".

Tal y como relataba en el escrito, un compañero de la jefa de gabinete, en ese forcejeo, tiró al suelo a Rodríguez de forma accidental, y cuando ésta se levantó del suelo se dirigió hacia el estudiante y le pegó un golpe en la cabeza, "tipo colleja contundente".