Mientras la infanta Cristina intenta desviar la atención en cuanto a responsabilidades hacia su marido, el que fuera socio de Urdangarin, Diego Torres, trata de implicar a la casa real. Ha sacado una nueva remesa de correos con los que quiere demostrar que Zarzuela conocía sus tejemanejes. Torres asegura que Urdangarin recibió asesoría de un magistrado del Supremo, algo que está prohibido y quiere que el rey Felipe declare como testigo.