Estados Unidos ha vivido un Mundial histórico en Australia y Nueva Zelanda. No por lograr otro título, sino porque por primera vez han caído en octavos de final en una competición importante. Su verdugo ha sido Suecia, en un final que van a tardar en olvidar en el país norteamericano.
Porque no ha podido ser más doloroso. En un partido que terminó con 0-0, tanto en el tiempo reglamentario como en la prórroga, fueron los penaltis los que decidieron quién pasaba a cuartos y quién, en caso de ganar España, puede ser rival de las de Jorge Vilda en semifinales. Y en los once metros...
En los once metros se vio y se vivió la emoción del fútbol. En todo su esplendor. La alegría por marcar y la tristeza y la rabia por marrar el penalti. Las lágrimas, de felicidad y de pena. Todo, en unos lanzamientos impecables hasta que Suecia falló su tercer disparo.
Paró el penalti, pero...
A partir de ahí, errores. Errores y a la muerte súbita. Con Estados Unidos lanzando al palo su séptimo lanzamiento todo estaba en las botas de Hurting. La sueca lanzó a la derecha de Naeher, quien adivinó su disparo. Sin embargo, despejó hacia atrás y la bola se dirigió hacia la línea de gol.
En esas, la arquera estadounidense, a la segunda, puso la bola a buen recaudo... pero ya era tarde. La sueca pedía gol. La árbitra, la francesa Stephanie Frappart, se llevaba la mano a la oreja. Sí, se estaba revisando. Y al final llegó la decisión.
Por un milímetro. Por eso entró el balón. Eso fue lo que dejó, junto a 120 minutos sin marcar y a una fase de grupos en las que acabaron segundas tras Países Bajos, lo que ha eliminado a Estados Unidos.
Fuera por primera vez en octavos
Lo que ha dejado a las norteamericanas fuera en octavos, en una competición de máximo nivel, fuera por primera vez. Fuera antes de tiempo. Fuera contra todo pronóstico. Y ahora es Suecia quien se puede medir a España en semifinales.
EEUU, cuatro veces campeona del mundo y cuatro veces oro olímpico, ya no puede revalidar un título que conquistaron en Francia en 2019.