El motivo de esta conclusión es que los habitantes de las ciudades escuchan a diario muchos ruidos que proceden del tráfico urbano y aéreo, electrodométicos, maquinaria urbana, dispositivos móviles, auriculares, centros comerciales, discotecas o reproductores. 

"Hay que tener en cuenta que cuanto más tiempo pasemos expuestos a un ruido por encima de los umbrales aceptables, más probabilidades tendremos de que nuestra capacidad de audición vaya en descenso", ha afirmado la presidenta de la Comisión de Audiología de la SEORL-CCC, Mª José Lavilla.

Por encima de los 65dB la exposición prolongada a los ruidos causa la pérdida de audición. "El daño se acumula poco a poco en la cóclea lo que deriva en un déficit auditivo progresivo, que puede pasar desapercibido en las personas más jóvenes. Aunque también puede ser una pérdida auditiva de rápida instauración, causada por un ruido de corta duración pero de alta intensidad", ha añadido Lavilla.

"El límite de ruido aceptable por el oído humano según la Organización Mundial de la Salud (OMS) es de 65 decibelios (dB), el equivalente al de una aspiradora; y pasa a ser doloroso a partir de los 125 dB, por ejemplo, el producido por un taladro", ha explicado la especialista. "Sobrepasarían los 65 dB los ruidos procedentes de los vehículos, el claxon de un coche, el del camión de la basura, el interior de una oficina con más de 15 personas, o los petardos, entre otros, y un avión despegado llegaría a 140db, por encima del umbral del dolor", ha añadido.

La Organización Mundial de la Salud explica que 360 millones de personas sufren pérdida auditiva discapacitante en todo el mundo, y se estima que la mitad de los casos se podrían evitar con prevención.

Los expertos explican que aquellas personas que trabajan en entornos con intensidades altas de ruido prolongado deben usar protectores auditivos. También recomiendan evitar los ruidos impulsivos, alejarse de fuentes de ruido, disminuir el que genera cada uno y reducir el tiempo de exposición a sonidos de alta intensidad.

También recomiendan acudir a la consulta del especialista en caso de inflamación, dolor, taponamiento, zumbidos, secreción de oído o cuando se note pérdida de audición.
Por otro lado, aconsejan realizar revisiones periódicas  una vez al año si existen antecedentes familiares y a partir de los 50 años.

Por último, es fundamental tener una buena higiene. Por ello, aconsejan limpiar solo la parte más externa del oído con una toalla o gasa, "no hay que introducir objetos o sustancias extrañas y evitar el uso de aceites, soluciones salinas, gotas, agua oxigenada o bastoncillos, que solo empujan la cera hacia dentro y dañan el tímpano. Igualmente no hay que automedicarse con antibióticos pues puede afectar a los oídos.

Hay que tener en cuenta la higiene de los oídos en el mar, pantanos o piscinas, pues el agua puede estar contaminada. En estos casos hay que cumplir con la limpieza antes y después, y en algunos casos hay que usar tapones durante el baño. Evitar golpes en la zona del oído y tratar de manera adecuada las otitis en los niños, son las últimas son otras importantes recomendaciones .