El director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, explica que la variante Delta está presente en 140 países y advierte de la posibilidad de que pronto se convierta en la variante dominante en el mundo.

Bajo estas circunstancias, Tedros afirma que “el mundo está observando en tiempo real cómo el virus sigue cambiando y haciéndose más transmisible”. La semana pasada resultó la cuarta semana consecutiva con un aumento de casos a nivel mundial, tal y como afirma el máximo representante sanitario de Naciones Unidas.

El incremento de casos de la COVID-19 se está dando en todas las regiones del mundo, a excepción de una. Cabe destacar que los casos están volviendo a aumentar después de 10 semanas de descensos.

Pese al avance en la vacunación, la OMS afirma que la variante Delta se está extendiendo rápidamente en aquellos lugares con una elevada tasa de vacunas administradas. El colectivo más afectado por la variante Delta, según la OMS, son las personas vulnerables y desprotegidas.

También supone una presión para los sistemas de salud. Tedros explica que los sanitarios llevan más de un año luchando contra el virus, con listas de espera récord y un aumento de las hospitalizaciones. Por ello, pide a los países que tengan en cuenta a los sanitarios y las organizaciones sociales a la hora de levantar las restricciones sociales.

Si los países con una elevada tasa de vacunación se están viendo afectados por la variante Delta, aquellos que tienen una baja cobertura vacunal presentan una situación especialmente grave.


Estos países en general y aquellos con un nivel bajo de ingresos en particular se están viendo afectados por esta variante, así como por otras con un elevado grado de transmisión. Todo esto se traduce en un elevado número de muertes y hospitalizaciones.

Tedros compara la estrategia utilizada contra la pandemia del coronavirus con un equipo de bomberos que se enfrenta a un incendio forestal donde el fuego se puede apagar en ciertas zonas, pero las chispas pueden volver a arder. En definitiva, esto se resume en que la crisis sanitaria de la COVID-19 no ha terminado en ningún lugar.

Desigualdad en el acceso a las vacunas
También se han de considerar los problemas de accesibilidad vacunal, donde Tedros hace hincapié al afirmar que algunos países están pidiendo una millonada de dosis de refuerzo mientras que otros países aún no han terminado de vacunar a los sanitarios y a las personas vulnerables.

Sin embargo, la científica jefe de la OMS, Soumya Swaminathan, afirma que los ensayos clínicos y las pruebas aún no han establecido la necesidad de utilizar las dosis de refuerzo.

La sanitaria afirma que es más importante administrar la pauta total de vacunas que comenzar a suministrar las dosis de refuerzo. Esta opinión también es compartida por la coordinadora del Programa de Inmunización de la OMS, Ann Lindstrand.

Así, Tedros opina que Moderna y Pfizer deberían suministrar a COVAX y los países de renta baja y media en lugar de priorizar el suministro de sus dosis de refuerzo. Además, otros dos centros de producción en Japón y Australia han sido autorizados para producir AstraZeneca, por lo que ya son cinco centros los que la producen.

Tedros expresa la necesidad de que otros fabricantes sigan este ejemplo para actuar de manera urgente ante la muerte de tantas personas. Asegura que estamos en un momento donde es necesario que los avances se consoliden, las acciones para suministrar vacunas aumenten y las herramientas sanitarias para salvar vidas se repartan.