La donación en asistolia, la prevención pulmonar 'ex vivo' y el aumento de los límites de edad tanto de los donantes como de los receptores, entre otros factores, explican el aumento en el número de trasplantes de pulmón en España (se realizaron 419 el año pasado).

En el programa de la donación en asistolia controlada, aquella que realiza una persona a la que se le diagnostica la muerte tras la confirmación del cese irreversible de las funciones cardiorrespiratorias, este tipo de donantes suponen alrededor de un 18-20% del total a nivel nacional. De hecho, en el caso concreto del Grupo del Hospital Puerta de Hierro, de los 54 trasplantes que se hicieron en 2019, nueve fueron a partir de asistolia controlada (17%).

La previsión para el futuro es que todos los tipos de donantes aumenten cada año, hasta llegar a niveles de otros países, como Canadá, donde suponen ya alrededor de un 40% de los donantes efectivos.

Actualmente, la supervivencia de los trasplantados se sitúa alrededor de los 6,7 años de media tras el trasplante , mientras que es algo superior, de 8 años, en el caso de los trasplantados de pulmón por fibrosis quística.

Por otro lado, los receptores de un trasplante pulmonar por asistolia tienen mayor riesgo de desarrollar infecciones respiratorias, debido a la necesidad de tratamiento inmunosupresor de por vida y al continuo contacto del pulmón con el ambiente del aire.

Ante esta situación, en España, algunos de los principales retos son mejorar el diagnóstico precoz del rechazo crónico, mediante la investigación dirigida a descubrir los mecanismos autoinmune que intervienen y adecuar los tratamientos inmunodepresores. Así como aumentar el porcentaje de donantes en asistolia y realizar más ensayos clínicos bien diseñados. Puesto que actualmente hay pocos y parte de la labor clínica se fundamenta en la experiencia de los grupos de los centros trasplantadores y casos prácticos.