Un estudio observacional realizado por un grupo de investigación del Centro Nacional de Epidemiología, del Instituto de Salud Carlos III, entre 2011 y 2023 refleja una fuerte aceleración de los contagios a partir de 2020. En atención primaria, los casos atendidos ascendieron una media del 66 % anual entre 2020 y 2023, pero también se registraron infecciones en los hospitales y brotes, la mayoría de estos últimos en residencias de mayores y en domicilios.

Álvaro Roy, uno de los investigadores principales del estudio, en una entrevista con EFE Salud subraya que la sarna, aunque se ha asociado siempre a grupos de personas que viven en precariedad o pobreza, ahora afecta a otros grupos de riesgo poblaciones, como los jóvenes o los más mayores, a los que, alerta, "habría que concienciar".

Asimismo, indica cómo se debería prevenir y tratar la enfermedad y las posibles causas, que combinadas, pueden ser el origen del aumento de los casos.

¿Cuáles son las causas de este aumento?

La sarna, manifiesta el investigador, es "una enfermedad parasitaria producida por un ácaro microscópico que crea surcos debajo de la piel donde deposita los huevos, que luego se convierten en otros ácaros, produciendo esta reacción inflamatoria".

El picazón con sarpullido cutáneo en distintas partes del cuerpo es su manifestación más común. Respecto a las causas, explica que en el estudio publicado en la revista Eurosurveillance se formulan diversas hipótesis, que sumadas unas a otras, pueden explicar por qué los casos de la enfermedad han aumentado en los últimos años:

- Covid-19. Se observa un incremento considerable de la sarna durante la pandemia de coronavirus. "Quizá estos pacientes", explica, "no fueron al médico o no se trataron a tiempo por el colapsó del sistema sanitario".

- Resistencia de los ácaros. También destaca la posibilidad de que el tratamiento habitual haya podido perder eficacia porque los ácaros han desarrollado cierta resistencia al tratamiento tópico realizado con permetrina.

- Mala aplicación del tratamiento. Otra de las causas puede radicar en que los afectados no sigan bien el tratamiento, empezando tarde o no terminándolo. Además, si el paciente no tiene síntomas, puede infectar a otras personas por contacto directo. "El problema es que, a veces, no se desarrollan síntomas pasadas las cuatro o seis semanas, por eso es muy importante que se trate a los contactos de la gente que tiene síntomas", manifiesta.

- Viviendas compartidas. La última causa que enumera es el tema de la vivienda, sobre todo en los jóvenes, ya que en la actualidad se ven obligados a menudo a compartir vivienda, en espacios reducidos donde están más expuestos al contagio.

¿Cómo prevenir y tratar la sarna?

Respecto a la prevención, Álvaro Roy recomienda acudir al médico al menor indicio de contacto con un paciente contagiado con la enfermedad, aunque no se presenten síntomas. Del mismo modo, aunque es menos frecuente esta forma de contagio transversal, aconseja "lavar la ropa, también la de cama, a temperaturas altas, de más de sesenta grados, para evitar un posible contacto de manera indirecta".

Respecto al tratamiento, el experto manifiesta que el médico debe indicar cuál es el más apropiado. "Aparte del tratamiento tópico", explica Roy, "también hay un tratamiento oral con ivermectina, un medicamento que sirve para tratar las rojeces y que ayuda a expulsar los parásitos".

Los pacientes más graves pueden desarrollar sarna costrosa, por una posible infección secundaria, para este tipo de casos, habría que consultar al médico ya que el tratamiento sería ligeramente distinto.

Es importante visibilizar y concienciar

El mensaje que el investigador destaca durante la entrevista es la importancia de visibilizar la enfermedad y concienciar a la población del riesgo que puede causar la enfermedad. Explica que a pesar de que el incremento de casos no es preocupante, sí habría que poner el foco en la incidencia para que no siga en aumento.

Los grupos de riesgo donde se ve mayor afectación de sarna son los jóvenes ya que, aparte de compartir viviendas, también son los que tienen mayor movilidad, viajan más, y están más expuestos al contagio. Según el estudio, la transmisión sexual también puede ser un factor, ya que es una ruta de transmisión conocida, sobre todo entre jóvenes.

"Los mayores también entran en el grupo de las poblaciones vulnerables. En las residencias de ancianos, como se ve en el estudio, se concentran muchos brotes. Lo que afecta a su vez a los profesionales sanitarios, que trabajan en estos centros que suelen contagiarse con mayor frecuencia", concluye el experto.